«La cirugía plástica siempre tiene que ser por uno mismo, y no por un tercero»

 «La cirugía plástica siempre tiene que ser por uno mismo, y no por un tercero»

Es uno de los tantos disertantes que llegaron para participar de las Jornadas Nacionales de Actualización en Cirugía Plástica, que se desarrollan desde ayer en Purmamarca y concluirán hoy.

El Tribuno de Jujuy/Maria Eugenia Monteros

-¿Qué es lo que vino a exponer en estas jornadas?

-En estas jornadas de actualización de la Sociedad Jujeña de Cirugía Plástica los temas principales son rinoplastia o sea cirugía de nariz, y mastoplastia que es cirugía de las mamas. En este último caso yo voy a referirme a la lipoaspiración de la mama para achicarla sin cicatrices. Hoy es posible gracias al uso de la energía extra, aparte de la lipoaspiración, que puede ser el láser de la laserplipólisis o el radiofrecuencia, o el ultrasonido, que son energías que producen calor dentro del tejido y permite que se retraiga el colágeno y por lo tanto de la glándula y de la piel.

-¿Esta técnica qué origen tiene?

-La lipoaspiración en las mamas se empezó a hacer hace 30 años. Se fue incrementando, y un colega de Holanda nos entusiasmó mucho con esta técnica, porque muchas personas lo que buscan es una reducción de peso y volumen por razones que van más allá de la estética, y tienen que ver con una reparación que ayuda a la calidad de vida de las personas. Quitarle peso sin pensar tanto en la mama perfecta, porque tampoco es necesario conseguir una mama perfecta en un cuerpo imperfecto, uno tiene que estar acorde con el resto del cuerpo. Para esta técnica usamos un aparato israelí que es como una lipoaspiración con un electrobisturí adosado, que va cauterizando los tejidos a medida que va haciendo la lipo y eso disminuye el sangrado.

Esto también es muy útil en la ginecomastia, que es la mama del hombre. A ningún hombre le gusta tener forma de mujer en el pecho, y esto empieza a crecer a partir de los 30 años y va aumentando. Es muy frecuente en los hombres sacarse los pechos.

-¿Desde cuándo está realizando esta técnica?

-Nosotros la estamos haciendo hace como cinco años en Buenos Aires. En el interior todavía no se hace.

-¿Cuánto tiempo de internación y recuperación requiere?

-En Buenos Aires tenemos un sistema por el cual el cien por ciento de los pacientes se va a la casa seis horas después de la cirugía, con el fin de disminuir el riesgo de las infecciones hospitalarias que hoy en día están muy en auge.

-Una de las novedades que se va a tratar en estas jornadas es la posibilidad de aumentar mamas y glúteos con la propia grasa del paciente…

-Sí, esa es una técnica que se usa hace muchos años, pero en los últimos tiempos se incrementaron las muertes por inyección de la grasa dentro del músculo del glúteo, en Estados Unidos sobre todo. Nosotros hace muchos años nos dimos cuenta que había un riesgo para los pacientes, y en cirugía estética hay que minimizar los riesgos. Para eso inventamos un equipo que lo que hace es inflar la grasa con un gas natural del organismo que circula por nuestra sangre, o sea que no hay riesgo de contaminación. Es una máquina que produce algo que normalmente produce el cuerpo humano. Se forma como una esponja que recibe nuestro injerto. Sin este tipo de preparación del lecho receptor, que es donde va a entrar la grasa, es una cirugía muy traumática que produce sangrado, hematoma, y se puede perder la grasa. Buscando mejorar los resultados es que desarrollamos hace tres años este método, y hoy en día se está usando en 30 países del mundo, fabricado en la Argentina.

-¿Y esa tecnología está disponible en el interior?

-Si. En el caso de Jujuy, el doctor José Durán tiene este equipo. Él se entrenó con nosotros hace tres años.

-En rinoplastia, ¿cuáles son las novedades de estas jornadas?

-Yo voy a hablar de una droga que sirve para cuando hay fibrosis. A veces uno hace el trabajo perfecto en la nariz, pero el paciente desarrolla una mala cicatrización (que cuando es por dentro se llama fibrosis). En lugar de volver a operarla utilizamos este producto en los postquirúrgicos con cicatrización defectuosa.

También vamos a hablar del hilo nasal o rienda nasal, en el que se da esto de que el alumno supera al maestro, porque nosotros le enseñamos una técnica al doctor Durán, y él desarrolló a partir de ahí una técnica propia que esta semana está siendo mostrada en Estados Unidos.

Yo también soy del interior, soy correntino, y debo decir que en el interior hay profesionales muy valiosos, pero que por ahí no tienen la cartelera que tenemos nosotros en Buenos Aires trabajando con artistas o en la televisión.

-Hablando de cartelera, a usted se lo conoció en todo el país a partir de su participación en «Transformaciones», reality de cirugías plásticas. ¿Cuáles fueron los resultados de esa experiencia?

-El objetivo fue desmitificar a la cirugía plástica. Hasta ese momento la gente tenía mucho más miedo que ahora. La mayoría de los colegas con los que hablo me dicen que después de ese programa, tuvieron mucho más trabajo. La gente le perdió el miedo al quirófano. Entrábamos cantando con los pacientes como la Bomba Tucumana, Alejandra Pradón, el Negro Lavié a quien le hicimos un lifting y lipoaspiración en la papada. Son pacientes nuestros actualmente junto con Pepe Cibrián, Carmen Barbieri, etc.

-¿El argentino qué busca en general?

-Normalmente no quiere un cambio violento. Las que buscan un cambio muy importante, son personas que están con una patología psicológica o psiquiátrica que se llama síndrome dismorfofóbico. Son pacientes que nunca van a estar conformes con el resultado y que hay que saber olfatearlas en el consultorio para decirle «no».

-¿Qué puede pasar si el cirujano le sigue la corriente a estos pacientes, sin tener en cuenta este detalle?

-Primero que nunca va a tener un paciente satisfecho, siempre va estar demandando. Pueden haber problemas legales, incluso han habido asesinatos de cirujanos en manos de pacientes de ese tipo, sobre todo en Estados Unidos. Lo más difícil que existe en la medicina, y sobre todo en una especialidad que tiene una faz comercial como es la estética, es decir «no».

-¿O sea que en general, los argentinos son tranquilos con las cirugías estéticas?

-Sí, yo tuve la suerte de operar en 37 países distintos de los 110 que visité dando conferencias por el mundo, y eso me hizo ver los criterios de belleza cambiantes alrededor del mundo. Cuando operé en Nigeria, venían pacientes con colas grandes que pedían más cola, porque allá eso es el símbolo de la fertilidad. Si tienen un glúteo grande tienen más posibilidades de casarse. En Corea, si sos feo no conseguís trabajo ni te casas, y por eso es muy frecuente la cirugía plástica.

-Cuando alguien tiene que tomar la decisión de hacerse algo, ¿Qué aconseja?

-Lo que siempre le digo a los pacientes es «cuando vos te mirás al espejo y ves algo que te incomoda, que querés ocultar, o que te tirás un mechón de pelo para tapar, o te dejás flequillo, o usás ropa suelta cuando vas a la playa o a la piscina». Ahí es cuando tenés que hacer algo por vos, para darte una inyección de autoestima. Nunca te operes si lo hacés por un tercero, porque te dejó tu marido o porque tenés un novio más joven, o porque tus hijos son muy chicos, etc. Siempre tiene que ser por uno mismo.

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