“La corrupción libertaria enterró a La Libertad Avanza: Jujuy no paga traidores”

La caída de Javier Milei en Buenos Aires fue solo el prólogo de un derrumbe mucho más profundo: la corrupción libertaria que, desde el corazón mismo de sus filas, terminó por hundir definitivamente al proyecto de La Libertad Avanza. No fue la oposición, ni la presión de los mercados, ni la resistencia social: fueron sus propios dirigentes los que construyeron, ladrillo a ladrillo, el edificio de la desconfianza que hoy se desploma sin remedio.

En Jujuy, el estallido tiene nombre y apellido: Emanuel Quintar. El diputado nacional, señalado en una causa de estafa con la obra social de los obreros azucareros, representa la radiografía de un espacio que se autoproclamaba “renovador” pero terminó reproduciendo lo peor de la política que decían venir a destruir. Si se confirma el desfalco, no solo se tratará de un hecho penal sino de un símbolo devastador: en diciembre, cada concejal y diputado electo cargará con el mote del “3%”, cifra que ya corre como chicana en redes y que pronto puede transformarse en sinónimo de cárcel.

La mancha es imborrable: Jujuy, tierra de sacrificio y trabajo, hoy figura en los titulares nacionales como otro epicentro de corrupción. Y este golpe no solo destruye la moral libertaria, también despoja de representatividad a un voto genuino de bronca, independiente, crítico de la política convencional. La estampida ya comenzó: miles de ciudadanos que confiaron en la promesa de un cambio no están dispuestos a sostener banderas de líderes corruptos. Porque Jujuy no paga traidores.

La pregunta que queda en el aire es tan dura como inevitable: ¿a dónde irán los votos libertarios? La respuesta depende de quién pueda ofrecer algo que Milei y sus cuadros jamás pudieron: moral, dignidad y un compromiso real con el presente de la gente. El oficialismo radical, petrificado en su propia inercia, tampoco logra seducir a una sociedad que ya no compra discursos vacíos. El futuro inmediato en Jujuy se define en un terreno abierto, donde el peronismo renovado, más amplio y humano, puede capitalizar el hartazgo si logra demostrar que es capaz de encarnar trabajo, paz y esperanza, en lugar de repetir viejas fórmulas de poder.

Lo cierto es que la corrupción libertaria no solo hundió a La Libertad Avanza: también liberó a miles de jujeños de un espejismo. El voto rebelde, cansado y digno, sabrá buscar un nuevo cauce. Y cuando lo encuentre, no habrá espacio para los que confundieron la política con un botín personal.