Gildo Insfrán, quien ejerce como gobernador de Formosa desde 1995, ha logrado mantenerse en el poder durante casi tres décadas, afianzando su control a través de sucesivas reelecciones. En las elecciones de 2023, Insfrán «obtuvo» más del 70% de los votos, reforzando su mandato. Sin embargo, su reciente intento de llevar a cabo una reforma constitucional para consolidar la reelección indefinida ha encendido las alarmas a nivel nacional.
Con esta reforma, Insfrán busca perpetuarse indefinidamente en el poder, pero el futuro de esta maniobra podría depender de una decisión crucial de la Corte Suprema de Justicia. Diversos sectores políticos y sociales han puesto su esperanza en el máximo tribunal, que podría intervenir para poner fin a lo que muchos consideran un caso emblemático de abuso de poder y manipulación electoral en Argentina.
Un Sistema de Poder Bajo Fuego Judicial
El dominio de Insfrán sobre Formosa ha sido históricamente criticado por diversos actores de la oposición, que lo acusan de mantener un régimen autoritario, con escaso respeto por las reglas democráticas y pocas garantías para los procesos electorales justos. La posible intervención de la Corte Suprema abriría una ventana de esperanza para quienes ven en su reelección indefinida un peligroso precedente para la democracia argentina.
La Reelección Indefinida en Juego
La Corte Suprema podría revisar los mecanismos legales que han permitido a Insfrán postularse una y otra vez, y cuestionar la constitucionalidad de una reforma que le otorgue la posibilidad de permanecer en el poder sin límite temporal. Una decisión contraria a la reelección indefinida pondría fin a un ciclo de 30 años de hegemonía política en Formosa, y podría marcar un antes y un después en los límites del poder provincial en Argentina.
Con la posibilidad de que la Corte Suprema intervenga, los ojos de todo el país están puestos en la resolución judicial que podría frenar la reforma de Insfrán y devolver a Formosa la posibilidad de una alternancia política real.