“La democracia no se compra ni se quema: Perico es la prueba de fuego para la justicia jujeña”

El límite de la democracia

El diputado Rubén Rivarola tomó la palabra con la claridad de quien no teme señalar lo obvio: en Perico no se trata ya de diferencias políticas, sino de una crisis institucional alimentada por la corrupción y la violencia. El incendio del vehículo del concejal Walter Cardozo, las amenazas a su familia y los intentos de silenciar radios comunitarias configuran un cuadro propio de una mafia, no de un municipio democrático.

“La democracia no es el prepotear, ni el amenazar. La democracia no se vende ni se compra”, sentenció Rivarola. Y con esa frase marcó la línea divisoria entre quienes creen en la ley y quienes la pisotean en nombre de negocios espurios.

Coimas y tierras regaladas

Los audios que recorren la provincia exhiben la desvergüenza de concejales que habrían confesado recibir 45.000 dólares cada uno para aprobar la entrega de siete hectáreas de tierras públicas, patrimonio de los vecinos, a una empresa con fines de lucro. Ese acto, jurídicamente indefendible, constituye cohecho, asociación ilícita y fraude a la administración pública.

“Esto no termina ahí”, advirtió el diputado. Anunció que junto a sus pares presentará la solicitud de intervención del Concejo Deliberante y del Municipio de Perico, porque no se puede permitir que las instituciones se transformen en un “mamarracho”.

La presión sobre la justicia y la Legislatura

Rivarola fue enfático: “Esperamos que todos los diputados acompañen, sin banderías políticas. Se necesitan 32 votos, y esta vez nadie puede esconderse”. Puso además a la justicia bajo presión: la inacción frente a delitos evidentes es una forma de complicidad.

“Quemar una camioneta, amenazar a una madre o regalar tierras públicas no son hechos menores: son crímenes contra la democracia”, sostuvo, y prometió ir “a fondo”, incluso a una nueva contienda electoral, si fuera necesario, para restablecer el orden legal.

Un llamado épico

El cierre fue un llamado a la unidad y al coraje cívico: “Perico es la prueba de fuego para Jujuy. Si permitimos que avancen la corrupción y la violencia, la democracia se desmorona. Pero si legisladores, jueces y el pueblo actuamos juntos, vamos a demostrar que la ley está primero, y que en esta provincia la dignidad todavía vale más que cualquier coima”.