«La diferencia con Salta es voluntad política: el diagnóstico implacable de Fernando Casares»

«La diferencia con Salta es voluntad política: el diagnóstico implacable de Fernando Casares»

En una emisión cargada de realidad productiva y exigencias estratégicas, Fernando Casares, presidente de la Sociedad Rural Jujeña, no esquivó el diagnóstico ni suavizó los términos: la crisis de la ganadería y del agro en la provincia no es solo una consecuencia de contextos macroeconómicos adversos, sino sobre todo de una alarmante falta de decisión política local para revertir las asimetrías con otras provincias. “La diferencia entre Jujuy y Salta es voluntad política”, sentenció, generando un punto de inflexión en la conversación.

Radiografía de la desidia

Casares comenzó su intervención en “Detrás de las Noticias” de Canal 7 con un dato crudo: la ganadería jujeña cuenta hoy con apenas 84.000 cabezas, frente a las 700.000 de Tucumán y más de un millón en Salta. Este rezago estructural, dijo, no es una casualidad ni un castigo geográfico. Es resultado de años de desinversión sistemática y reglas de juego inconsistentes.

Mientras la vecina Salta otorga incentivos fiscales, financiamiento accesible y planificación territorial clara, Jujuy ofrece todo lo contrario: impuestos inmobiliarios multiplicados por ocho, leyes vetustas sin presupuesto y tasas municipales que desalientan cualquier inversión. “Nos cuesta más producir, más transportar y tenemos menos respaldo institucional. Así no se puede competir con nadie”, advirtió Casares con tono firme pero mesurado.

El espejismo de las obras inconclusas

El dirigente también cuestionó la efectividad de las obras anunciadas por el gobierno provincial. Celebró la construcción de un frigorífico y un centro genético en Palma Sola, pero advirtió que sin una estrategia ganadera previa, corremos el riesgo de repetir errores del pasado, como ocurrió con la planta lechera en Perico: “Teníamos la infraestructura pero no la leche”. Para Casares, primero hay que generar condiciones y producción sostenida; después, sí, infraestructura.

Costos, rutas y periferia productiva

La diferencia de competitividad entre el NOA y la zona núcleo es brutal. Y para el presidente de la Sociedad Rural, el deterioro de las rutas nacionales (como la 34 o la 9), los sobrecostos logísticos y el encarecimiento de los fletes por mal estado de los caminos son parte de una tragedia económica silenciosa que empobrece día a día al productor.

“No sólo estamos lejos del puerto, sino que nos cobran más caro por traer productos, porque el camión rompe cubiertas y suspensiones en caminos que parecen bombardeados”, resumió con crudeza. Lo que se paga no es solo logística, es abandono.

¿Autoabastecimiento? Un sueño posible… si hay condiciones

Casares no esquivó el debate sobre el autoabastecimiento cárnico. “No es una utopía, pero tampoco es para mañana. Es un plan a 20 años”, expresó. En su visión, el problema no es la falta de tierras o productores —ambos existen—, sino la ausencia de planificación y estímulos para producir con rentabilidad y previsibilidad. Y puso un ejemplo elocuente: “Hoy tenemos más de 10 feedlots cerrados. Parados. Con llave. Eso es costo hundido, eso es atraso”.

Reformas legislativas y crédito productivo: la deuda pendiente

Otro de los puntos álgidos de su intervención fue la denuncia de la obsolescencia de la Ley de Emergencia Agropecuaria, que en lugar de ayudar al productor, lo castiga. “Con un fondo de 800.000 pesos anuales no se hace nada”, remarcó. Reclamó una modernización normativa que contemple crédito subsidiado, inversión en tecnología (como riego por goteo) y reducciones impositivas como las que aplica Salta. “No pedimos privilegios, pedimos condiciones justas para poder producir”, dijo.

La ruralidad como sujeto político

Casares aprovechó el espacio televisivo no sólo para describir problemas, sino para convocar a la acción. Llamó a los productores a acercarse a la Sociedad Rural Jujeña, a entenderla como lo que es: una institución gremial seria, con los papeles al día, que defiende al productor en todos los frentes.

Además, destacó el trabajo conjunto que vienen realizando con la Cámara del Tabaco, la Unión Cañeros Independientes, la Unión Industrial de Jujuy, CASEMI y otras entidades productivas. “Tenemos reuniones semanales, estamos articulando políticas comunes. Ya no nos sirven más las reuniones para catarsis, queremos resultados. Es hora de actuar”, expresó.

Conclusión: la hora de decidir

La exposición de Fernando Casares no fue solo un alegato sectorial. Fue una lección de diagnóstico, estrategia y política. Su voz puso en palabras lo que muchos productores sienten: el atraso no es una maldición, es una decisión. Y el progreso también.

Frente a una provincia rica en potencial pero pobre en incentivos, Casares propuso una hoja de ruta basada en la acción institucional, el diálogo permanente y la defensa del trabajo rural. Sin eufemismos ni discursos decorativos, dijo lo que había que decir.

Y lo dijo con claridad: “La diferencia entre Salta y Jujuy es voluntad política”. Y es hora de demostrar si en Jujuy todavía queda algo de eso.

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