La Reserva Federal de Estados Unidos tomó una decisión estratégica: mantener la tasa de interés en un rango de 4,25 % a 4,50 %, desechando cualquier recorte inmediato pese a las fuertes presiones del expresidente Trump. Esta decisión marca ya la quinta reunión consecutiva sin cambios, incluso ante el inusual disenso de dos gobernadores, Christopher Waller y Michelle Bowman, quienes apoyaban una reducción urgente de la tasa, algo que no ocurría desde hace más de tres décadas (Cadena SER).
El mensaje de la Fed es claro: prudencia ante la incertidumbre. A pesar de datos robustos —PIB en alza, mercado laboral firme— persisten dudas sobre la evolución de la inflación y los riesgos derivados de aranceles y políticas comerciales cambiantes (Cinco Días). Por ello se decidió esperar antes de actuar y evitar decisiones precipitadas (Investing.com México).
¿Por qué esto impacta tanto a la Argentina?
- Fuga de capitales hacia activos seguros: Cuando EE. UU. mantiene tasas elevadas, los inversores globales prefieren dejar sus fondos en bonos del Tesoro estadounidense antes que en deuda argentina de mayor riesgo y menor rendimiento (Forbes Argentina).
- Endurecimiento financiero externo: El acceso al crédito en mercados emergentes se encarece, limitando refinanciaciones y freno a las inversiones productivas en Argentina (Forbes Argentina).
- Dólar sube, inflación resurge: El fortalecimiento del dólar aumenta la presión sobre la inflación local y obliga al nuevo gobierno a mantener tasas domésticas elevadas, profundizando el estancamiento económico.
- Menor crecimiento global: La previsión de crecimiento de EE. UU. se ajustó a la baja, con proyecciones que caen de 1,7 % a 1,4 %, mientras la inflación esperada se eleva del 2,7 % al 3,0 % (El Foco Argentino, Diario La República, SWI swissinfo.ch). Esto debilita la demanda por exportaciones latinoamericanas, que impacta directamente en el ingreso de divisas de Argentina.
- Incógnita sobre recortes: Aunque se anticipan hasta dos recortes en 2025, la Fed no se compromete por ahora y condiciona toda decisión a datos sólidos y una evolución clara de la inflación (El País).
Un escenario económico peligroso
Argentina se encuentra atrapada entre el freno interno —tasas altas, consumo en caída y caída real de ingresos— y la restricción externa. La política monetaria estadounidense incrementa la presión cambiaria y obliga a políticas ultraconservadoras que afectan directamente al bolsillo. Por su parte, el refugio global en los bonos del Tesoro estadounidense deja a los activos argentinos con menor competitividad y acceso a financiamiento.
El Gobierno argentino debe asumir que el alivio no llegará desde afuera. Los mercados internacionales optan por lo seguro y no hay señales claras de recortes antes de fin de año. Lo que ocurra internamente dependerá de la capacidad del Ejecutivo para gestionar el costo social, estimular la economía desde adentro y evitar una crisis mayor que se propague como infección.
En síntesis
- La Fed se mantiene firme y manda una señal de que no bajará la guardia hasta ver cifras inequívocas sobre inflación.
- Para Argentina, esto significa mayor presión sobre el dólar, tasas internas que no ceden y un enfriamiento del financiamiento externo.
- La ecuación es clara: sin reforma, sin estímulo productivo interno, sin recuperación de confianza privada y sin diversificación exportadora, el país corre el riesgo de profundizar una espiral recesiva que no encuentra respiro desde el exterior.