La foto entre Scioli y Kicillof desató una ola de especulaciones
Axel Kicillof se cambió esta semana el traje de ministro por el de político: el martes no fue a defender el presupuesto a la Cámara de Diputados y esta mañana viajó a La Plata a monitorear obra pública con Daniel Scioli.
La foto de ambos abrió un sinfín de especulaciones, sobre todo porque a nadie le escapa que el economista no a un paso sin previa orden de Cristina Kirchner.
“Está todo tan abierto que en esta época cualquier hipótesis es razonable. Por lo pronto es la primera vez que Axel no trabaja de economista sino de político. Y eso es llamativo”, reflexionó ante LPO un funcionario con acceso a la Casa Rosada.
En esos círculos Kicillof es uno de los posibles presidenciables, curiosamente, después de declarar el default. “Ojo que podemos tener un candidato que no se haya lanzado”, decía por esos días Carlos Zannini en la cumbre del Mercosur en Venezuela, desde donde Kicillof partió raudo a New York para romper la negociación de los bancos con los fondos buitres, que armó Ricardo Fábrega como último recurso para evitar la cesación de pagos.
Cerca de Scioli celebraron hoy la foto. Entendieron que la imagen corrigió las declaraciones de Santiago Montoya, calificado de “opositor” esta mañana por Jorge Capitanich por haber hablado de lo obvio: En la Argentina existe una alta inflación. “Tal vez sea un apoyo de la Presidenta a Daniel”, se ilusionaron incluso en la Gobernación.
Kicillof caminó por las obras más promocionadas de Scioli en La Plata: el nuevo puerto en Ensenada; el saneamiento del arroyo el Gato, clave para evitar nuevas inundaciones; el tercer carril de la autopista Buenos Aires – La Plata.
La foto incluso realimentó las versiones d euna hipotética fórmula presidencial Scioli-Kicillof, opción que fue descartada de plano en La Plata. «El vice de Scioli va a ser un gobernador que elija Cristina», afirmaron.
El más humillado por el encuentro Scioli-Kicillof fue Julio De Vido, al dejar en evidencia que será él quien controle la obra pública en un año electoral.
Incluso, como explicó LPO, podría echar mano a los fondos depositados en Nación Fideicomisos que los bonistas no cobren. La incógnita es desde que lugar Kicillof repartirá esa jugosa masa de dinero.
Una versión que circula en el kirchnerismo lo ubica como jefe de Gabinete y reemplazado en Economía por su segundo Emanuel Álvarez Agis, quien el martes tuvo la misión de defender el presupuesto en Diputados, aun cuando el ministro estaba en el país y pocas cosas disfruta más que escucharse hablar varias horas.
Pero la discusión está abierta, ese cargo requiere de un perfil «político» ya que suele concentrar la relación con los gobernadores. Por eso también mencionan a Julián Domínguez, Aníbal Fernández y hasta el camporista racional Wado de Pedro.
De Vido, por su lado, conserva un buen vínculo con Scioli y es tal vez el único miembro del Gabinete que apuesta a su candidatura presidencial.
Tal es así que para el 2 de octubre planeó un acto con el gobernador en Berazategui, junto al intendente anfitrión Juan Patricio Mussi, precandidato en la provincia por impulso del ministro de Planificación.
“Julio es el rehén de Cristina. No se puede ir pero sí puede sufrir un control más estricto de Kicillof”, señalan cerca de la Casa Rosada quienes conocen el círculo histórico del kirchnerismo.
El ministro de Planificación estuvo esta semana en Viena participar de la 58° Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), para volver a pedirle a sus pares chinos que financien la construcción de la central nuclear Atucha III, una de las tantas martingalas diseñadas en la Casa Rosada para conseguir dólares.
Justamente, la última embestida de Kicillof contra el devidismo fue hace un mes cuando intentó barrer a José Luis Antúnez de Nucleoeléctrica Argentina S.A, la empresa que controla la energía nuclear. Todavía no lo logró.
