La Manka Fiesta es Ley: un acto de justicia cultural que pone a La Quiaca en los ojos del mundo

La Manka Fiesta es Ley: un acto de justicia cultural que pone a La Quiaca en los ojos del mundo

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La Manka Fiesta, ritual ancestral y corazón identitario de La Quiaca, ya no es solo una expresión cultural viva del pueblo puneño: ahora es ley provincial y avanza hacia su consagración internacional como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO. La Cámara de Diputados de Jujuy aprobó por unanimidad la declaración de esta celebración como Patrimonio Cultural Vivo, en una sesión donde la historia, la cultura y la política se entrelazaron para dar un paso decisivo en el reconocimiento de lo más profundo de nuestras raíces.

La artífice de este avance legislativo fue la diputada provincial Alejandra Elías, quien presentó el proyecto sobre tablas con el acompañamiento transversal de todos los bloques. Su impulso no fue aislado: se trató de un trabajo mancomunado con el intendente de La Quiaca, Dante Velázquez, quien desde su gestión promovió activamente esta iniciativa como una causa de todo el pueblo quiaqueño.

“La Manka Fiesta es la forma de proteger una costumbre comunitaria esencial, que debemos cuidar y transmitir a las nuevas generaciones. Es el alma cultural del norte argentino”, expresó la diputada Elías, quien también reconoció el trabajo técnico y patrimonial del arquitecto Sebastián Pasín y el acompañamiento de la diputada María El Ortiz y la arquitecta Valentina Valente, con experiencia previa en la declaración de la Quebrada de Humahuaca como patrimonio mundial.

Una ley que nació del territorio y se elevó al mundo

La Manka no es un evento: es una herencia viva. Año tras año, decenas de comunidades se reúnen en La Quiaca para compartir alimentos, música, ritualidad y resistencia cultural. Declararla patrimonio no es un acto decorativo, es una herramienta legal para preservarla, fortalecerla y proyectarla a las generaciones futuras.

La diputada Elías fue clara: “Este proyecto no tiene banderas políticas, es un símbolo de unidad para todos los jujeños”. Su frase tiene peso en tiempos de grietas: demuestra que cuando se trabaja desde el amor por el territorio, las diferencias ideológicas pueden dejarse de lado en pos de un bien superior.

En paralelo a la sanción de la ley, también se trató un decreto del gobernador Carlos Sadir, que avala la presentación formal ante la UNESCO para que la Manka Fiesta obtenga el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. La Legislatura provincial aprobó ambos instrumentos de forma unánime, consolidando un paso institucional clave.

Una fiesta que moviliza y transforma

Este reconocimiento abre un nuevo desafío para La Quiaca: prepararse para recibir el interés turístico, académico y cultural que traerá consigo esta visibilidad internacional. “Tenemos que poner a la ciudad en condiciones, porque nos van a visitar y queremos que se lleven una buena imagen”, sostuvo Elías con realismo.

Es allí donde el rol del Estado se vuelve vital: garantizar infraestructura, servicios, conectividad, alojamiento y promoción para transformar la identidad cultural en motor de desarrollo local.

En este marco, vale destacar la presencia del gobierno provincial en La Quiaca, con actividades concretas como la reciente entrega de viviendas —pendiente desde 2019— que demuestra que el discurso de un Estado presente puede y debe materializarse en acciones visibles.

“Estoy convencida de que La Quiaca va a estar en el mundo, y lo va a estar con orgullo, porque su pueblo lo merece”, concluyó la diputada.

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