Redacción Perico Noticias // El discurso libertario en torno a la emisión monetaria parece estar atravesando un choque frontal con la realidad económica argentina. A pesar de las reiteradas promesas del presidente Javier Milei de prohibir la emisión de dinero bajo pena de cárcel, su gobierno ha duplicado la base monetaria en apenas su primer año, generando una contradicción evidente entre sus proclamas ideológicas y sus acciones concretas. ¿Estamos ante una «enorme mentira» que subestima la capacidad crítica de la ciudadanía?
Las declaraciones de Cachanovsky: un enfoque directo sobre la emisión y la inflación
El reconocido economista Roberto Cachanovsky dejó en claro su desacuerdo con quienes afirman que la expansión de la base monetaria contra reservas no genera inflación. Según Cachanovsky:
«Quien recibe pesos no consulta si esos pesos fueron emitidos para financiar al Tesoro, para comprar dólares a los exportadores o para asistir al sistema financiero».
Esta afirmación señala un principio fundamental: la emisión de dinero, independientemente de su origen, tiene un impacto en la economía, ya que aumenta la cantidad de pesos en circulación. En un contexto como el argentino, donde la confianza en la moneda es endeble y la inflación está profundamente arraigada, los efectos son aún más marcados.
La contradicción de Milei: emisión récord en nombre de la “austeridad”
Durante su campaña, Milei prometió terminar con la «fiesta de la emisión monetaria» y responsabilizó al Banco Central de alimentar la inflación mediante políticas expansivas. Incluso, cuando presentó un proyecto de ley de presupuesto que no llegó a ser tratado, destacó que prohibiría la emisión y sancionaría penalmente a quienes la implementaran. Sin embargo, en su primer año de gobierno, la realidad fue otra: según datos oficiales, la base monetaria se duplicó.
Esto no solo desmiente sus propias palabras, sino que pone en jaque la narrativa libertaria que sostiene que la emisión es la principal causa de la inflación. Si bien el déficit fiscal sigue siendo un factor, también lo es el salvataje financiero de sectores clave y el sostenimiento de la deuda interna.
La fiesta financiera como motor de la emisión
Lejos de reducir el gasto público o ajustar el aparato estatal, el gobierno de Milei parece haber recurrido a la emisión para sostener lo que algunos analistas califican como una “fiesta financiera”. Esta dinámica incluye la asistencia al sistema bancario, la compra de dólares a exportadores para estabilizar el tipo de cambio y el pago de intereses de deuda interna. En términos prácticos, el aumento de la base monetaria refleja que las necesidades financieras del gobierno prevalecen sobre los principios libertarios que se pregonan públicamente.
¿Qué esperar en 2025? ¿Otra repetición del 2024?
Si el comportamiento económico de 2024 sirve como indicador, es probable que 2025 continúe en la misma senda. Con una inflación estructural que no cede y una economía marcada por desequilibrios fiscales y financieros, las presiones para emitir dinero persistirán. Además, el discurso oficial podría seguir centrado en culpar a gestiones anteriores o factores externos, mientras las contradicciones internas del modelo libertario se hacen cada vez más evidentes.
Un punto crítico será cómo se maneje la confianza en el peso. Si la población percibe que el gobierno contradice sus propios principios económicos, es probable que se acentúe la fuga hacia el dólar y otros activos de resguardo, lo que, a su vez, alimentaría la espiral inflacionaria. En este contexto, Cachanovsky parece tener razón: la emisión, sin importar su origen, continuará generando presiones inflacionarias y socavando el poder adquisitivo.
¿Vivimos en una enorme mentira?
Las acciones del gobierno dejan abiertas preguntas cruciales: ¿Es posible sostener un modelo económico que condena la emisión monetaria mientras se recurre a ella de forma masiva? ¿Estamos ante un gobierno que utiliza las banderas libertarias como simple retórica para avanzar en políticas contradictorias?
Si bien algunos defensores del modelo podrían argumentar que la emisión bajo Milei responde a situaciones excepcionales, la falta de coherencia entre el discurso y la acción genera un escenario de desconfianza que no ayuda a estabilizar la economía.
La realidad contradice la narrativa
La duplicación de la base monetaria en el primer año de gobierno de Milei es una muestra clara de que las promesas libertarias de eliminar la emisión no resisten el peso de la realidad económica. Las declaraciones de Cachanovsky aportan un análisis crítico que desnuda la fragilidad del discurso oficial. En 2025, si las tendencias actuales se mantienen, la economía argentina podría enfrentar un panorama similar, con una inflación persistente y una emisión difícil de justificar bajo cualquier óptica.
Mientras tanto, el desafío sigue siendo construir una narrativa honesta y políticas económicas coherentes que realmente apunten a solucionar los problemas estructurales del país. La pregunta que queda es si el gobierno actual está dispuesto a enfrentarlo o si continuará escondiéndose detrás de una retórica que no se refleja en los hechos.