Redacción Perico Noticias // La guerra en Ucrania ha cambiado drásticamente las dinámicas de poder en Europa y el mundo. Lo que comenzó como un conflicto regional se ha transformado en un choque de fuerzas globales con implicaciones históricas para la seguridad y la geopolítica. Los recientes análisis de expertos como Adrián Zelaia, Eduardo Irastorza y Carlos Paz arrojan luz sobre un panorama sombrío: la OTAN enfrenta una crisis estructural, y Rusia está moldeando un nuevo orden europeo.
Rusia avanza y redefine las negociaciones de paz
Adrián Zelaia, presidente de Ekai Group, destaca que las actuales circunstancias son desfavorables para cualquier intento de negociación por parte de Rusia. Moscú, en pleno avance en Ucrania, tiene claro que no se sentará a la mesa de diálogo hasta haber asegurado los objetivos territoriales estratégicos que se plantearon al inicio del conflicto. Para Rusia, la paz no es un simple alto al fuego, sino una reconfiguración del sistema de seguridad europeo, donde sus intereses sean reconocidos y sus exigencias, satisfechas.
El líder ruso, Vladimir Putin, busca garantías estructurales que reduzcan la influencia occidental cerca de sus fronteras. Esto incluye no solo la consolidación de los territorios ocupados, sino también la neutralización del papel estratégico de Ucrania como aliado clave de la OTAN en la región.
La erosión de Ucrania y el desgaste de la OTAN
Eduardo Irastorza, profesor de la OBS Business School, señala que «cuando acabe la guerra en Ucrania, habrá nuevas fronteras en Europa». Según Irastorza, la fallida ofensiva ucraniana en Kursk y el consecuente desgaste militar han dejado al país en una posición debilitada tanto militar como estratégicamente. Ucrania, que alguna vez representó una pieza clave en el tablero occidental contra Rusia, ha perdido gran parte de su capacidad operativa y estratégica.
Paralelamente, la OTAN enfrenta serios cuestionamientos sobre su cohesión y efectividad. La resistencia de algunos países europeos a comprometer más recursos en un conflicto prolongado, sumado a la presión económica interna por la inflación y la crisis energética, está fracturando la unidad del bloque. La percepción de que la OTAN no ha logrado contener el avance ruso refuerza la narrativa de que el bloque está «herido de muerte», como afirma Irastorza.
La asimetría del poder militar
Carlos Paz, analista político, subraya que Rusia ha dictado los tiempos del conflicto desde el principio, demostrando una capacidad militar superior y un control estratégico que Ucrania no ha podido igualar. «No hay ejército ucraniano capaz de aguantar esta guerra», señala Paz, reflejando un escenario donde el desgaste ucraniano contrasta con la resiliencia rusa. Esto no solo redefine el equilibrio de fuerzas en Europa, sino que también expone la vulnerabilidad de la estrategia occidental basada en suministros militares y sanciones económicas.
Un mapa europeo redibujado
Cuando el conflicto finalmente termine, no solo las fronteras físicas de Europa habrán cambiado, sino también las fronteras políticas y de influencia. El rediseño territorial de Ucrania, con territorios potencialmente anexados por Rusia, y la consolidación de un eje geopolítico euroasiático liderado por Moscú, reconfigurarán el balance de poder en la región. Esto planteará interrogantes profundos sobre el papel de Europa, la OTAN y los Estados Unidos en un nuevo orden mundial.
Impacto global: el futuro de la seguridad internacional
Este conflicto no es únicamente un tema europeo. La redefinición de las fronteras y el debilitamiento de la OTAN tendrán consecuencias globales. Países emergentes podrían cuestionar la efectividad de las alianzas lideradas por Occidente, y potencias como China podrían encontrar inspiración en las tácticas rusas para avanzar en sus propios intereses territoriales.
Mientras tanto, las lecciones de Ucrania resuenan como un llamado de atención: el futuro de la seguridad internacional no puede basarse únicamente en la acumulación de armamento y sanciones económicas. La diplomacia preventiva, la construcción de acuerdos multilaterales y el fortalecimiento de instituciones internacionales serán esenciales para evitar que conflictos como el de Ucrania se conviertan en el nuevo estándar global.
Conclusión
El conflicto en Ucrania marca un punto de inflexión en la historia moderna. Rusia está cambiando las reglas del juego, y la OTAN enfrenta su mayor desafío desde su fundación. La paz, cuando llegue, no será el regreso al status quo, sino la inauguración de un nuevo orden europeo y mundial, con Rusia como protagonista y Occidente obligado a replantear su papel en un mundo multipolar.