En un clima social marcado por el desencanto con la política, el intendente de La Quiaca, Dante Velázquez, encabezó una importante reunión con 32 referentes barriales, en la que se abordaron problemáticas cotidianas y también proyectos estructurales para el desarrollo de la ciudad. Lejos de evadir las tensiones presentes, el jefe comunal hizo una lectura profunda del contexto nacional y llamó a construir una gestión participativa, donde los vecinos dejen de ser simples espectadores y se transformen en protagonistas activos del cambio.
“El malestar social que se respira en todo el país no es ajeno a nuestra ciudad. La ultraderecha hoy gobierna Argentina porque supo canalizar un enojo acumulado por años. No podemos negar que ese mismo enojo llega a cada rincón del interior, incluso a municipios donde, como aquí, trabajamos día a día con el máximo compromiso. Pero cuando el humor general es negativo, cuesta que se reconozca el esfuerzo. Aun así, no nos vamos a detener”, expresó Velázquez en el encuentro.
Durante la reunión, que se desarrolló en el edificio municipal, se escucharon reclamos y se compartieron avances sobre temáticas concretas de los barrios: alumbrado público, recolección de residuos, estado de las calles, conectividad urbana, servicios básicos, y seguridad. Algunos puntos ya fueron resueltos, otros están en plena ejecución, y varios demandan obras de mayor envergadura, como las que integran el Plan Maestro Hídrico y de Infraestructura, que busca transformar la matriz urbana de La Quiaca en el mediano y largo plazo.
“Estamos llevando adelante un plan integral que no es cosmético, sino estructural. No podemos seguir parchando. Tenemos que pensar a La Quiaca a 10, 20 años. Pero para eso, no alcanza con un equipo de gobierno. Necesitamos que la ciudadanía se involucre, que se organice, que participe. El municipio no puede ser visto como una oficina lejana, sino como un espacio común donde se define nuestra vida cotidiana”, sostuvo el intendente.

En ese sentido, Velázquez propuso institucionalizar un Consejo Vecinal Permanente, que permita continuar el diálogo iniciado en este encuentro y formalizar la participación barrial en la gestión pública. “Si logramos que la crítica se transforme en propuesta y el enojo en acción colectiva, vamos a dar un paso gigante como comunidad. No tenemos miedo al debate, al contrario, lo promovemos. La democracia se fortalece con participación real”, afirmó.
La reunión fue calificada como “fructífera” por todos los presentes. A pesar de los diferentes puntos de vista, hubo coincidencia en que el único camino posible para mejorar la ciudad es el del trabajo conjunto. “La Quiaca no será una ciudad pujante por decreto. Lo será si todos asumimos el compromiso de construirla día a día. El futuro no se espera, se planifica”, concluyó Velázquez.
El municipio continuará con esta dinámica de encuentros abiertos con vecinos y organizaciones, apostando por una gestión que ponga al ciudadano en el centro de las decisiones. En tiempos de crisis de representación, la experiencia quiaqueña se presenta como un ejemplo de que aún es posible una política con sentido colectivo.