La tasa al 80% con inflación del 1,5%: el día que la economía se volvió ficción

La tasa al 80% con inflación del 1,5%: el día que la economía se volvió ficción

En la Argentina del 2025, donde los datos se cocinan más rápido que la olla popular, la tasa de interés acaba de alcanzar un nivel tan absurdo como alarmante: 80% anual en cauciones. Sí, leyó bien: 80%, mientras el gobierno festeja una inflación “domesticada” del 1,5% como si el mercado no fuera a darse cuenta de que estamos ante una ficción monetaria montada para evitar el estallido final. A esto se le suma un dato que congela el alma: la próxima semana vencen más de 12 billones de pesos en deuda del Estado, y los bancos ya están afilando el lápiz para exigir un interés aún mayor.

Esto no es un plan económico. Es una trampa de desesperados. Cuando un país necesita pagar semejante tasa para refinanciar su deuda, está reconociendo de facto que no puede pagar. Es la antesala del default, pintada de technicolor por operadores oficialistas que aplauden mientras el Titanic se hunde con fuegos artificiales. Lo que está ocurriendo es la guerra del gobierno contra el mercado, y la están perdiendo en cámara lenta.

Tasas explosivas, consumo colapsado

El modelo actual castiga al ciudadano de a pie en nombre de una estabilidad que jamás llega. Mientras los bancos se llenan los bolsillos, los supermercados venden cada vez menos. Según datos recientes, el consumo cayó un 0,8%, y se acumula mes tras mes una retracción que destruye el entramado social. No hay rebote. No hay esperanza. Solo hay un juego en el que el único pan disponible es el que comen los bancos, mientras el resto de la población mastica pobreza encubierta.

El absurdo llega al punto de que el 40% de los nuevos monotributistas son asalariados encubiertos, empujados por un sistema que legaliza la precarización para que los empleadores no paguen cargas sociales. La informalidad ya no es una falla del sistema. Es el sistema mismo. Un modelo que renuncia a garantizar salud, educación o rutas seguras: basta ver los videos de camioneros mostrando pozos marcados con gomas en rutas nacionales para entender que el Estado ha sido abolido, salvo para cobrar y reprimir.

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Ferrocarriles y concesiones: el manotazo de guita

Como si la insensatez monetaria no fuera suficiente, en medio de esta bomba de tiempo económica, el Boletín Oficial confirmó la extensión por 10 años de la concesión ferroviaria a una empresa que había sido rechazada en 2021 por incumplimientos. ¿Por qué ahora sí? ¿Por qué por decreto? ¿Por qué este apuro? ¿Qué vuelto hay detrás de semejante regalo? Las preguntas se responden solas en un país donde los negociados se publican a la vista y donde la ética se transa al precio del dólar blue.

Lamelas: el embajador que se cree virrey

Mientras los argentinos debaten si podrán comprar carne o pagar el alquiler, el nuevo embajador estadounidense, Marc Stanley Lamelas, se siente tan cómodo que ya habla como gobernador de facto. No solo acusó a Cristina Fernández de Kirchner de delitos sin prueba firme, sino que anunció que irá provincia por provincia a “garantizar justicia”. Esto no es diplomacia. Es colonialismo explícito con un presidente, Javier Milei, que en vez de poner límites, baila en fiestas con Donald Trump y entrega la soberanía como si fuera parte del menú.

Fue Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, quien puso la dignidad en la mesa: «Ni se moleste en venir a La Plata, señor Lamelas». A ese nivel de humillación ha llegado la política exterior argentina: el representante extranjero se atreve a marcarle la agenda al país, mientras el jefe de Estado calla y obedece.

Milei en caída: ni la ficción financiera lo salva

En medio de esta locura, las encuestas ya muestran un desplome en la imagen presidencial. La gente consume menos, vive peor y empieza a ver que la promesa de la casta era otra farsa. El gobierno, sin respuestas, empieza a preparar el terreno para denunciar fraude electoral, una jugada copiada de Trump y Bolsonaro que solo revela su miedo a perder. La misma noche que el dólar amagó con saltar, los voceros libertarios empezaron a sembrar la idea del fraude: cuando el relato no alcanza, viene el golpe de efecto.

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Final: la tasa del 80% es el epitafio de un modelo

Cuando un país paga 80% de tasa con 1,5% de inflación, es porque ya nadie le cree. Ni sus ciudadanos ni sus acreedores. La bomba de la deuda está lista para explotar. Los bancos lo saben. El mercado lo sabe. Solo el gobierno hace como que no. Pero la verdad se cuela por las grietas: en cada pozo sin tapar, en cada hospital sin insumos, en cada chico que come una vez al día. Ese es el precio real de este modelo de ficción.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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