Selmin Caliskan, secretaria general del capítulo alemán de Amnistía Internacional (AI), criticó en entrevista con DW la política europea con respecto a los refugiados.

DW: ¿Ha publicado Amnistía Internacional un informe tan pesimista como este anteriormente?

Selmin Caliskan: La guerra de Siria y la gran crisis de responsabilidad en el trato que se da a los refugiados a nivel mundial, pero sobre todo en la Unión Europea, marcan por así decirlo el contexto también para otros atropellos a los derechos humanos en el mundo. El año pasado esto fue bastante terrible. Y este año continúa el problema.

La UE sigue apostando por cerrar sus puertas e intentará fortificar sus fronteras para impedir que los refugiados lleguen a Europa. Todos saben, en el fondo, que eso no puede dar resultado, pero de todas formas se apuesta por blindar las fronteras en lugar de crear, por fin, vías de acceso legales y seguras y entregar asistencia humanitaria a los refugiados en los países donde ya se encuentran, como Líbano, Jordania y Turquía.

En el informe de AI se menciona de forma positiva la disposición de muchos ciudadanos a ayudar a los refugiados. Pero, después de lo ocurrido la noche de Año Nuevo en Colonia, los ánimos parecen haber experimentado un vuelco en Alemania.

Si, la noche de Año Nuevo cambió algunas cosas… También entre los que han huido hay criminales, y hay que decirlo. Pero eso no debe llevar a alimentar sospechas generalizadas contra grupos de personas que provienen de determinados países.

¿Piensa usted que la sociedad alemana, en general, ha olvidado su disposición a acoger a los refugiados?

No, no la ha olvidado. Pero me parece difícil la situación, cuando los políticos no asumen bien su función de liderazgo y urden continuamente nuevas medidas que socavan el derecho individual a pedir asilo. Eso envía a la sociedad el mensaje de que el derecho de asilo no puede mantenerse como está.

¿Qué espera de la cumbre europea del 6 de marzo? ¿Se podrá encontrar allí una solución? ¿O acaso la UE solo es solidaria cuando se trata de repartir dinero?

La Unión Europea es solidaria en lo tocante a la libre circulación de bienes y servicios, pero no de personas. Eso debe cambiar sustancialmente.

También será beneficioso para la UE, porque necesita seguir desarrollándose y para ello requiere también migración. Necesita personas para el futuro. Por eso tiene que invertir en ello. Y, naturalmente, es también un dictado de humanitarismo. La UE cuenta con una propia Convención de Derechos Humanos, que es un pilar importante de la comunidad. Y, como defensora de los derechos humanos, la UE debe estar a la altura de la situación de demostrar que precisamente en la crisis actúa humanitariamente. Ser humanitario no es gratis.