Las protestas de ecologistas dilataron el acuerdo del Gobierno con China

Cría de Cerdos //

Las acciones virales de ecologistas y defensores de los derechos animales lograron el retraso del tratado comercial y su retoque. Nueva fecha: 25 de noviembre, según publicó perfil.com.

Desde hace tres meses, diferentes agrupaciones medioambientales pelean contra la instalación de granjas para producción de cerdos. Hoy parecen haber logrado una pequeña victoria: Cancillería informó en un comunicado vía redes sociales que las negociaciones iniciadas el 6 de julio se postergan.

“Hemos incorporado especialmente al Memorándum de Entendimiento con China un artículo donde se asegura el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad. Por eso, su firma se atrasará hasta noviembre”, expresó la notificación oficial.

El canciller Felipe Solá viajará en los primeros días del mes a la Feria Internacional Import Exposition (CIIE2020, que se desarrolla del 5 al 10 de noviembre en Shangai) junto a una delegación de empresarios.

La idea es encontrarse con el ministro de Comercio chino Zhong Shan, y decidir si se cierra o no el proyecto conjunto de inversiones con capitales privados para producir carne de cerdo en el país. El plan incluye una inversión de 3.500 millones de dólares en tres años para instalar 25 macro-granjas con 12.500 madres reproductoras cada una.

En la primera versión se indicaba que Argentina produciría “9 millones de toneladas de carne porcina de alta calidad” para asegurarle abastecimiento exclusivo a China. Pero la cifra aumentaría 14 veces. Y el dato generó revuelo entre las agrupaciones ambientalistas yd e defensa de los derechos de los animales, que entendían que era imposible trepar a ese volumen sin generar un colapso ambiental.

Y el comunicado se modificó. Cancillería aclaró que se había tratado de un error, e indicó que el país llegaría a “las 900 mil toneladas en cuatro años, y en un proceso prudente, supervisando las buenas prácticas e incorporando tecnología de punta para reducir el impacto medioambiental”.

“El acuerdo arregló un número de millones de cerdos que tenemos que criar y después buscará la manera de acomodarlo; ambientalmente es una bomba de tiempo”, analizó Inti Bonomo, ecologista y actual Director de la carrera de Gestión Ambiental en la Universidad Católica (UCA).

Bonomo es uno de los autores de “10 mitos y verdades de las megafactorías de cerdos que buscan instalar en la Argentina”, un libro cooperativo online de libre acceso en el que participan Soledad Barruti, Marcos Filardi y Maristella Svampa, entre otros referentes de la nutrición y el medioambiente.

La protesta de organizaciones ecologistas, activistas, artistas, antiespecistas y distintos grupos sociales, tomaron relevancia en las redes con el hashtag #BastadeFalsasSoluciones y #NoalAcuerdoconChina, que se viralizaron en repudio a la medida. “No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”, rezó el comunicado posterior.

“Si no hay una planificación acorde, por más controles que uno le agregue, si los cerdos se instalan en un lugar dónde consumen los recursos naturales como el agua, esto va a dañar a la economía regional; frente a la necesidad de traer dólares y generar empleos, vamos a terminar arruinando la estructura productiva que tenemos”, remarcó Bonomo.

Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), China es el mayor productor y consumidor de carne de cerdo del mundo. Con un consumo sostenido de 55 millones de toneladas por año, el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de la República Popular China informó en abril que bajó a unas 39 millones de toneladas debido al Covid 19 y la Peste Porcina Africana (PPA).

En agosto de 2018, la World Organisation for Animal Health (OIE) indicó el primer brote de PPA en la historia del país asiático. En total fueron 184 brotes en 31 jurisdicciones. El informe indica que la Peste Asiática, al igual que el Covid, aún no tiene cura, lo que provocó que unos 200 millones de cerdos fueran sacrificados.

“Es la primera vez que vamos a poder venderle a China un producto alimenticio más caro, que no sea proteína vegetal; lo veo como una buena oportunidad junto con la regulación del Estado que debe encargarse de hacer cumplir la legislación laboral y medioambiental”, marcó Gustavo Girado, Magíster en Relaciones Internacionales a cargo de la Diplomatura en Gestión de Negocios con China por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El país firmó en abril de 2019 un convenio con protocolo sanitario para exportar carne al Gigante Asiático por primera vez en la historia. Paladini, Campo Austral y La Pompeya fueron las tres primeras productoras autorizadas a exportar. Datos del INDEC confirman que durante el año pasado se exportaron más de 500 toneladas de carne porcina por 5,3 millones de dólares.

“La producción de carne de cerdo en Argentina está cerca del 0,1 por ciento. Países como Dinamarca y España son los principales exportadores mundiales y no tienen los problemas medioambientales que eventualmente se plantean que podrían haber acá; alcanza con copiar la legislación de los países que lo hacen bien y aplicarla como corresponde”, concluyó Girado.

“Los que creen que en España o Dinamarca se vive bien junto a estas fábricas, les pido que vayan a vivir al lado; el olor y el ruido es insoportable. En verano las casas usan ventiladores de manera permanente para alejar la podredumbre. Ni hablar de la contaminación de las napas de agua con los orines y heces de los animales y del sufrimiento y muerte al que son sometidos ”, explicó en contrapartida Malena Blanco, co-fundadora del movimiento ambientalista VOICOT.

Desde Cancillería aclaran que el acuerdo está enmarcado dentro de las normas medioambientales correspondientes. Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales, plantea que en el país existen las condiciones para realizar este tipo de emprendimiento. “Retomamos esta relación que se había formado en 2019, entre productores chinos y la Asociación de Productores Porcinos y firmamos un memorándum de entendimiento para darle marco público. Se lo enviamos a las autoridades chinas para que lo evalúen y, aunque nos dieron el ok, todavía falta la fecha de firma”, contó Neme.

“La Argentina tiene el estándar más alto del mundo en cuestión de sanidad animal; somos libres de enfermedades gracias al SENASA que regula y controla. Lo mismo ocurre con respecto al agua: se puede limitar cualquier posibilidad de contaminación. Comprendo a los ambientalistas pero hay que formar un discurso sustentable en términos científicos, tecnológicos, sociales y de empleo: hay muchas variables a tener en cuenta”, explicó.