Las sospechas corrupción son el detonante del malestar en la sociedad en Jujuy. La ausencia de transparencia terminó por licuar el crédito político a los gobernates, solo les queda el rigor del látigo para sostener la institucionalidad.

 Las sospechas  corrupción son el detonante del malestar en la sociedad en Jujuy. La ausencia de transparencia terminó por licuar el crédito político a los gobernates, solo les queda el rigor del látigo para sostener la institucionalidad.

El FpV saqueó la Responsabilidad y la Transparencia

Jujuy. 14.12.2013

Los saqueos que se presentaron en la provincia de Jujuy dan cuenta de la temeraria irresponsabilidad del Gobierno de la Provincia, el cual no tomó nota del posible desborde social, siempre latente en una provincia caracterizada por la regresión industrial y la precarización de las condiciones humanas del desarrollo; deterioros constantes, que no contribuyen a la generación de empleo privado, ni  acompañan  la demanda del crecimiento vegetativo y ni de la calidad de vida.

La población quedó atrapada en una trama de conflictos pergeñados desde los sectores del poder, ya que la omisión de atender los reclamos salariales ante un cuadro de inflación, que hoy solo el vive gobernador lo reconoce, dejó un caldo donde el caos se hizo posible, siendo responsable absoluto el FpV, ya que las señales de crisis están dando alarmas todos los días en Jujuy desde hace mucho tiempo.

Las contradicciones del FpV llevan a los jujeños a ser rehenes de un relato que vende espejitos de colores. Así la campaña legislativa transcurrió, tirando flores al gobierno nacional, con un Oli Tentor que apenas dejaba entrever que es necesario una re discusión de las cuotas coparticipables que implica un sistema federal legítimo con los derechos de las provincias, pero no avanzó mas allá de eso; será por ello la confirmación de la derrota del FpV.

Pero mas allá, de la dependencia voluntaria del FpV, que arrodillo tras de si a toda una provincia, el método dictador de conducirse sin rendiciones financieras, dan cuenta de la soberbia y el poco compromiso con un sistema republicano que demanda transparencia, este hecho significativo derrumbó la moral y la jerarquía del gobierno, alzándose por doquier las sospechas de negociados de amigos, comentarios que pululan en la calle pero que no alcanzan ninguna investigación porque la oposición todavía no evolucionó para llevar a la justicia pruebas de lo que denuncian solo en los medios.

Esta falta de transparencia generó desconfianza en la comunidad, a tal punto que todos los políticos están sospechados, incluso los de la oposición, unos por ser funcionales, otros por carecer del valor para defender a los ciudadanos recurriendo a todas las armas que el rol les concede.

Los desgraciados hechos producidos en los saqueos llevan la carga negra de comprometer además a  los  policías, ya que existen sospechas que varios de ellos participaron en la ruptura de vidrieras, camuflados como moto chorros, dejando que la turba luego se abalance sobre bienes ajenos esta conclusión es denunciada en las redes sociales por el pedido de certificados médicos de varios miembros de la fuerza el día anterior.

También se sospecha de presos liberados por varias horas, se dice que jóvenes criminales fueron convocados a promover el caos bajo la promesa de impunidad, lo cierto es que los saqueos se dieron de manera escandalosa, con la presencia de la policía a solo 200 metros, con los brazos cruzados.

Estos días se observan capturas de jóvenes vándalos y se promocionan las medidas ejemplificadoras para condenar a los delincuentes sociales, pero nada se dice o se hace, por restar impunidad a los gobernantes, situación que hace presuponer que todo los movimientos políticos que se realizan estos días, solo son; gatopardismo.

 

 

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