Ley de góndolas: a punto de cumplir un año, apenas se cumple

 Ley de góndolas: a punto de cumplir un año, apenas se cumple

La Ley de Góndolas, aprobada por el Congreso en febrero de 2020 y regulada en diciembre de ese año, empezó a implementarse desde mayo del año pasado. Sin embargo, si bien rige en forma obligatoria para los supermercados que tienen más de 800 metros cuadrados– la implementación sigue haciéndose en forma gradual debido a los diferentes obstáculos tanto para las cadenas como las nuevas pymes proveedoras.

El espiritu que impulsó la creación de la ley (que no existe en otros países de la región, salvo en Ecuador), es “garantizar una distribución equitativa de los proveedores, diversificar la oferta de productos y marcas”. Y también,  garantizar el acceso de las pequeñas empresas, cooperativas y sectores de la economía popular a los supermercados. La iniciativa debería ademas, contribuir a contener los precios, en especial, frente a la gran concentración del mercado que existe en ciertas categorías.

Según esta ley, las cadenas deben cumplir con ciertos postulados: por ejemplo, limitar la exhibición de los productos fabricados por las grandes empresas lideres al 33% de la góndola. Que cada categoría sea provista por al menos cinco proveedores. Y también, plazos más cortos (respecto de los que tienen las cadenas en general con la industria) para el pago a los nuevos proveedores.

Uno de los problemas es que muchas pymes no están preparadas para acceder a esos mega espacios, ya sea porque no pueden cumplir con los stocks que requieren las grandes superficies y necesitan apoyo para satisfacer la demanda o porque no cumplen con los requisitos desde el punto de vista impositivo, por ejemplo, explica la subsecretaria de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores, Liliana Schwindt.

Esa cartera tiene como responsabilidad, controlar que se cumpla la ley y si es necesario aplicar sanciones. Según la funcionaria, “la fiscalización se hace a través de declaraciones juradas que nos van enviando los comercios alcanzados por la ley. Estas incluyen un planograma donde el comercio detalla el contenido de cada góndola (el porcentaje que ocupa cada producto, qué empresas tienen y qué marcas tienen de cada empresa, etc). Y luego, con esa herramienta, los inspectores verifican esa declaración jurada”, explica.

Cómo es el cumplimiento de la ley de góndolas en los supermercados.

El problema es que los inspectores no son suficientes aunque la cantidad de bocas a fiscalizar no es mucha: en todo el país, son 508 comercios minoristas y 144 mayoristas, de los cuales, 261 y 51 respectivamente corresponden a la provincia de Buenos Aires y CABA. De todas maneras, “todavía no se aplicaron multas -aunque sí advertencias- porque se está contemplando el tiempo que requiere la adaptación”, explica la funcionaria.

Según Victor Fera, titular de la Cámara de Distribuidores Mayoristas (CADAM), “la ley de góndolas no se está cumpliendo porque no hay controles”. Y opina que es la única herramienta que puede servir para abaratar los precios. “Cuanto más competidores hay en una góndola mas se puede bajar los precios pero ningún comercio se ajusta a la ley. El Gobierno debería controlar al menos lo básico”, opinó.

Otro de los problemas es que los hipermercados muchas veces no consiguen proveedores pymes en ciertas categorías. Mientras es más fácil encontrar en el rubro de panificados, por ejemplo, es muy dificil en el segmento de productos de limpieza, de higiene personal, insecticidas y lavandinas. “Las categorías con mayor oferta de pequeños proveedores son aquellas pertenecientes a los rubros alimentos y bebidas”, señala Schwindt.

“En la categoría de maquinas de afeitar, por ejemplo, Gillette, (marca de la multinacional Procter&Gamble) tiene una participación muy alta en el mercado. Podemos suplir la oferta con productos de marcas propias o importados pero no tienen la sofisticación del producto de marca lider”, cuentan en una de las grandes cadenas.

Algo similar ocurre con la pasta dental o en la categoría de sopas, caldos y aderezos. “No se puede desarrollar fácilmente un nuevo proveedor con semejante nivel de tecnificación o standares de calidad complejos. Además hay algunos productos en los que el consumidor está más aferrado a la marca como sucede con las gaseosas o con los productos de limpieza”, explican en el sector supermercadista.

En los últimos tiempos, la actitud de los consumidores más “marquistas” se enlaza con un crecimiento del consumo “premium” , según Romina Lucanera, analista de la consultora NIelsen. “Lo que sucede es que, como también la gente debe hacer rendir su ingreso frente a la inflación, prefiere reducir la cantidad del producto pero no resignar la calidad: asi se ven mayores ventas de cerveza en latas o yerbas más sofisticadas en paquetes mas chicos”, dice.//lacritica.com

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