“LITIO PARA POCOS, CONTAMINACIÓN PARA TODOS: EL SAQUEO VERDE QUE CONDENA A JUJUY”

“LITIO PARA POCOS, CONTAMINACIÓN PARA TODOS: EL SAQUEO VERDE QUE CONDENA A JUJUY”

Mientras en Mendoza se habla sin pudor de regalías cero para atraer a las mineras, en Jujuy se celebran cifras infladas de inversiones y se repite el mantra del “liderazgo minero”, como si fuera una conquista del pueblo y no un modelo de saqueo planificado, maquillado con promesas que jamás llegaron a la vida real de los jujeños.

Porque seamos claros: el litio no ha mejorado la vida de nadie fuera del reducido círculo empresarial y político que lo gestiona. No hay pueblos originarios prósperos, no hay hospitales de última generación, no hay escuelas modernas funcionando a pleno. Lo que sí hay son comunidades desplazadas, fuentes de agua comprometidas, y ahora —para coronar el cinismo— una planta química china instalada en el corazón del Parque Industrial de Perico, proyectando convertir una región agrícola y turística en un polo contaminante irreversible.

UN MODELO QUE NO TIENE NADA DE SUSTENTABLE

Nos dijeron que el litio era la “revolución verde”. Que iba a financiar el desarrollo, cuidar el ambiente y abrir nuevas oportunidades. Pero la única revolución fue la de las promesas vacías, mientras los proyectos avanzan con regalías irrisorias, fiscalización nula y sin transparencia pública sobre las declaraciones juradas de producción.

¿Quién controla cuántas toneladas se extraen? ¿Quién verifica qué se exporta y cuánto se declara?
Nadie. Solo la fe ciega en un extractivismo irresponsable que ni siquiera se molesta en disimular.

La empresa china que ahora opera en Perico trabajará con insumos altamente tóxicos para el proceso de refinación del litio, comprometiendo gravemente la salud ambiental de una zona que hasta ayer se pensaba como futura capital turística, hortícola y agroindustrial. Pero ya no: el humo químico reemplazará al aroma del tabaco, y el riesgo cancerígeno convivirá con las escuelas rurales.

ESCUELAS FANTASMA Y PUEBLOS VACÍOS

Desde los despachos oficiales se habla de «escuelas construidas con la renta minera», pero muchas jamás fueron inauguradas porque ya no queda ni un alumno, ni una familia, ni un pueblo. Las comunidades originarias son usadas como foto, como eslogan, como relato. Pero no se las escucha, no se las consulta, y mucho menos se las respeta.

¿Qué liderazgo minero se puede sostener cuando no hay acceso público a los convenios firmados, ni a las condiciones laborales de los obreros, ni al impacto ambiental acumulado? ¿Qué modelo de desarrollo presume de su éxito mientras construye sobre acuíferos contaminados y tierras empobrecidas por la sobreexplotación?

ENTRE MENTIRAS LOCALES Y UN MUNDO QUE CAMBIA

Mientras el precio internacional del litio se desploma día tras día, aquí se sigue proyectando como si estuviéramos en 2021. Se avanza con una lógica de extractivismo tardío, sin regulación, sin planificación y sin futuro. Y mientras otros países debaten normas de trazabilidad, justicia climática y transición ecológica, en Jujuy se entrega el subsuelo a cambio de migajas y palabrería institucional.

El pueblo jujeño no es enemigo del desarrollo, pero sí es víctima de un modelo que lo excluye, lo enferma y lo desinforma. La minería sin control no es progreso, es colonialismo con casco blanco. Y el litio, si no cambia su modelo, no será el oro blanco: será el cáncer invisible de una provincia entregada.

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