Los bonos se derrumbaron luego de que Juntos anunciara que la deuda es impagable

 Los bonos se derrumbaron luego de que Juntos anunciara que la deuda es impagable

Desde el sábado circula la versión de un reperfilamiento. Juntos dice que los intereses de los bonos dollar-linked son «imposibles de pagar».

Hasta ahora entre el oficialismo y la oposición primaba un acuerdo tácito para conservar la frágil estabilidad que Sergio Massa le dio a la macroeconomía. Massa iba a emprolijar el déficit fiscal para entregarle al próximo gobierno la primera parte de la baja del déficit financiándose en el mercado local y la oposición no lo boicotearía a la espera de ganar las elecciones y no encontrarse con un monstruo de varias cabezas: déficit desbocado, inflación de tres dígitos, reservas en rojo, bomba de Leliqs, y riesgo país disparado.

El calendario electoral empezó a correr y este acuerdo tácito se rompió. La Mesa de Juntos por el Cambio sacó un explosivo comunicado luego de su reunión de este lunes en el que insinuó que si vuelve al poder podría reestructurar la deuda en pesos, como hizo Hernán Lacunza sobre el final del mandato de Macri.

En su comunicado los líderes opositores afirmaron que las herramientas con las que el Tesoro está financiando el déficit y que cada vez le cuesta más renovar son «imposibles de pagar», una manera bastante directa de agitar el fantasma de un nuevo default.

Y aunque no fue la primera vez que desde la oposición cuestionan la viabilidad de los pagos de la deuda de corto plazo, esta vez al ser un comunicado consensuado por la cúpula de Juntos, el resultado se vio rápidamente en el mercado de bonos, donde los títulos argentinos cayeron hasta 3,3% elevando el riesgo país hasta los 1912 puntos básicos. La jornada no fue positiva para los mercados emergentes en general, las tasas en Estados Unidos y las noticias desde Ecuador no ayudaron a los bonos argentinos.

En la síntesis difundida por Twitter, la cuenta oficial de JxC cuestionó la magnitud de la deuda tomada para financiar el déficit y la cuantificó a tipo de cambio oficial como lo hace la Secretaría de Finanzas: «Durante el gobierno de Alberto Fernández, el endeudamiento público tuvo un aumento récord: creció ya en el equivalente a USD 83 mil millones, lo que genera una crisis de financiamiento en pesos que tuvo su epicentro en junio de 2022. Desde entonces, el Banco Central se vio obligado a comprar deuda pública por el equivalente a 2,3% del PBI, burlando los límites al financiamiento al Tesoro que fija su Carta Orgánica».

Cabe recordar que, en esta línea, Juntos por el Cambio cuantifica que la deuda tomada por el gobierno de Macri fue de 74.000 millones de dólares, ya que los primeros 16.500 millones de dólares tomados al comienzo de la gestión fueron para cubrir la deuda heredada con los holdouts.

«Además, la conducción nacional se expresó en contra de la utilización abusiva de instrumentos financieros en pesos ajustados en dólares con tasas de interés imposibles de pagar, o en dólares a tasas usurarias. Con esto, el Gobierno no hace más que especular con dejar una bomba de tiempo al próximo gobierno», agregó.

Al asegurar que las tasas son imposibles de pagar, la oposición dejó entrever que -en caso de ganar las elecciones- no honrará la deuda de corto plazo emitida en pesos vinculados a la cotización del dólar oficial así como tampoco lo hará con los bonos emitidos en dólares sonantes incluso a tasas inferiores a las que sugiere el riesgo país para colocaciones en el mercado voluntario internacional.

Ya en 2019, en la transición entre el gobierno de Macri y Alberto Fernández, Hernán Lacunza había resuelto suspender los pagos de la deuda del Tesoro en pesos y reperfilar sus vencimientos para que la terminara pagando el gobierno posterior. En aquel entonces, se reperfilaron 8.000 millones de dólares en Letras hard-dollar y otros títulos en pesos por el equivalente a 5.000 millones de dólares. En su momento, la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que esta postergación de vencimientos terminó costándole al Estado otros 1.500 millones de dólares en intereses.

Por esta decisión de postergar pagos de heredarle al Gobierno siguiente pagos de deuda incumplidos, de hecho, Massa tuvo un cruce con Lacunza en 2020.

Sin embargo, al apuntarles a las tasas de interés en JxC no sugieren que la opción sea un reperfilamiento (una postergación de la fecha de vencimiento), sino una reestructuración (una quita de los intereses o el capital adeudado).

Los bonos se derrumbaron luego de que Juntos anunciara que la deuda es impagable

El comunicado de JxC también apuntó que: «Por su parte, el Tesoro Nacional comenzó a ejecutar sucesivos canjes de deuda que maquillan la falta de financiamiento genuino, a fin de evitar un nuevo default o una mayor monetización de la deuda pública. A pesar de la negación del Gobierno, esto ha puesto al país ante un delicado escenario de fragilidad financiera que eleva el riesgo de una salida caótica. En suma, una situación que, lejos de resolver los problemas, intenta irresponsablemente desplazar su impacto al día después de las elecciones».

En efecto, en las últimas licitaciones y canjes, el equipo de Massa convalidó tasas de interés en pesos más altas para postergar vencimientos a plazos cada vez más cortos al punto tal que unos 5 billones de pesos vencen en el segundo trimestre. Puntualmente, para fechas de vencimiento posteriores a septiembre, el Gobierno solo está consiguiendo colocar deuda en pesos atada a la evolución del dólar oficial, precisamente porque el mercado carece de un horizonte certero en el que se paguen las deudas después del cambio de gobierno.

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