Una tormenta política sacude el núcleo duro del oficialismo. Mauricio Macri, enfurecido con Karina Milei por su juego independiente en la Ciudad de Buenos Aires, amenaza con dejar caer el veto presidencial de Javier Milei al financiamiento universitario. La falta de respaldo en el Congreso y las masivas movilizaciones estudiantiles han encendido las alarmas en la Casa Rosada, en un contexto en el que la gobernabilidad parece pender de un hilo.
La situación se complica aún más con la inminente traición de varios diputados libertarios. Encabezados por Arrieta, algunos miembros del bloque de Milei se han mostrado reticentes a apoyar el polémico veto. A esto se suman las dudas de los llamados «radicales con peluca», que no están dispuestos a asumir el costo político de enfrentarse a los estudiantes. Los universitarios, indignados por la medida, tomaron las calles en todo el país bajo el lema “La educación pública no se toca”, haciendo eco del profundo rechazo social que ha generado la propuesta del presidente.
El veto que, en su momento, fue asegurado por los 87 «héroes» que blindaron la reducción de los haberes jubilatorios, ahora enfrenta su prueba de fuego. Un importante dirigente libertario señaló: “Karina no mira para los costados cuando avanza y su peleíta porteña le puede costar al presidente perder la pelea con las universidades”. Las tensiones entre los Milei y Macri, sumadas a las fugas internas, podrían desatar una crisis sin precedentes en la coalición gobernante.
Mientras tanto, las masivas marchas continúan creciendo. Estudiantes, académicos y profesionales salieron a las calles para rechazar una medida que muchos consideran un ataque directo a la movilidad social. «Soy la primera generación de universitarios en mi familia. Mi papá no terminó el secundario y mi mamá la primaria. Es la única oportunidad de salir adelante», declara Malena, una joven veterinaria que, como miles, marchó al Congreso.
La disputa interna en el oficialismo, la creciente movilización social y las fisuras en el bloque libertario abren una incógnita: ¿Será capaz Javier Milei de mantener su veto a las universidades o la crisis interna y el malestar popular pondrán fin a su controvertida medida?