Massa desempolvó su rol opositor: «Quiero ganarle a Macri en 2017 y 2019»

 Massa desempolvó su rol opositor: «Quiero ganarle a Macri en 2017 y 2019»

Cuestionó el «robo» del impuesto a las ganancias y la falta de un plan antiinflacionario; dardos a Espinoza.

Adversario, no enemigo. Sergio Massa apela a la misma distinción cada vez que necesita explicar su relación con Mauricio Macri y Cambiemos. Ayer necesitó dar un paso más: tras varias semanas operando para que se apruebe el endeudamiento que pedía la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y los días que pasó junto al Presidente, en el Foro de Davos, el líder del Frente Renovador tuvo que recordar que trabaja para vencer a Cambiemos. Que es opositor.

«Yo soy adversario del presidente Macri. Quiero que en 2017 le ganemos la elección y tengamos una propuesta mejor para la gente. Y que en 2019 le volvamos a ganar y podamos ser gobierno nosotros», remarcó, en una entrevista con América TV. Por si hiciera falta, cerró la frase repitiendo el mantra: «Yo soy adversario, no enemigo».

Para reforzar esas diferencias con el macrismo, el fin de semana había cuestionado que el Gobierno vendiera a El Trece y Telefé los derechos de transmisión de los equipos más grandes del fútbol. Ayer, apuntó contra Macri por el impuesto a las ganancias. «No se les puede seguir robando a los trabajadores», señaló, para exigir que se elimine ese tributo para los asalariados.

También cuestionó la falta de un plan antiinflacionario, uno de sus caballitos de batalla durante la campaña presidencial de 2015. «Si el Gobierno quiere de verdad tomar un tema que le preocupe a la gente, tiene que presentar un programa antiinflacionario, porque los precios suben, a la gente la plata no le alcanza», agregó. «Entre 22 y 28 puntos», acotó, cuando le preguntaron por el margen de las paritarias.

La faena se completó con críticas al kirchnerismo y la conducción del PJ, el otro grupo sobre el cual Massa pivotea para definir su perfil político. «Los que se quieren pelear por un sello que lo hagan. Yo voy a pelear por la inflación, me voy a pelear por la jubilaciones, por la inseguridad. Si ellos quieren pelear por un sello para ver cómo consiguen un carguito, que se peleen», aseveró.

Fue una nueva respuesta a las críticas que recibió en la semana desde las distintas orillas del kirchnerismo, luego de que Macri, en Davos, presentó a Massa como futuro «conductor» del peronismo.

Ayer, el diputado centró sus dardos en el titular del PJ provincial, Fernando Espinoza, que en las PASO de 2015 acompañó la candidatura a gobernador del diputado Julián Domínguez y fue vencido por el binomio Aníbal Fernández-Martín Sabbatella. «Es un símbolo de la derrota. Le aconsejaría que se calle la boca, que sea respetuoso de quienes sacamos cinco millones de votos y construimos desde afuera sin el poder, sin la plata, sin el látigo, como están acostumbrados ellos», dijo.

Así, rasgando esas dos cuerdas en un sentido o el otro -acompañando y cuestionando a Macri, mostrando su origen peronista y criticando a la conducción kirchnerista del PJ-, Massa construye su perfil político con vistas a las elecciones de 2017 y 2019. «Tenemos que dejar de construir pensando en la próxima elección y empezar a construir pensando en las próximas generaciones», dijo ayer. Pero, se sabe, el ex intendente de Tigre vive desde hace años en estado de campaña permanente.

El otro eje sobre el que Massa arma su perfil político es una agenda de temas sobre los que ya presentó o prepara proyectos de ley: «Ganancias, 82% móvil, lucha contra la inseguridad y el narcotráfico», insistió ayer, como en cada entrevista de los últimos días. Y sobre esos ejes repetirá el rasguido: acompañar a Macri (como en diciembre, cuando el Presidente anunció la suba en la escala de Ganancias) y cuestionarlo (como ayer, cuando exigió que se elimine el tributo para los asaliariados).

La fórmula viene funcionando: en los últimos sondeos publicados, Massa se mete entre Vidal y Macri en el podio de los políticos con mejor imagen. «Sergio está trabajando en su imagen cualitativa», explican desde Tigre, cuando hablan del viaje a Davos o las tratativas con el PJ para conseguir votos para el endeudamiento de Vidal. «Opositor responsable», «político moderno» o «peronista republicano», son los perfiles que los aliados de Massa esperan cosechar en esos estudios.

La lógica indica que no es momento para que el ex candidato confronte directamente con Macri o Vidal, como hace el kirchnerismo. Para eso habrá que esperar a 2017, cuando Massa enfrente a Cambiemos y el Frente para la Victoria en las elecciones legislativas. Para entonces, seguirá presentándose como adversario, pero sonará un poco más como un enemigo.

Otro massista, funcionario Pro

El diputado nacional Marcelo D’Alessandro se reunió con Sergio Massa, ayer, en Pinamar, para definir cómo será su rol, dentro o fuera del Frente Renovador, una vez que se oficialice su designación como secretario de Seguridad porteño, a las órdenes de Horacio Rodríguez Larreta.

D’Alessandro, cercano a la jueza María Romilda Servini de Cubría, fue funcionario de la Ciudad hasta 2013, cuando ingresó al FR de Massa. Hasta ayer era secretario administrativo del bloque UNA-FR.

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