El conflicto entre Milagro Sala, dirigente social y líder de la organización Túpac Amaru, y Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, ha marcado una de las pugnas más polémicas de la política argentina reciente, exponiendo un entramado de tensiones sociales, económicas y judiciales.
La reciente resolución de la Corte Suprema de Justicia, que confirmó el sobreseimiento de Sala en la causa conocida como «huevazos», es un nuevo capítulo en esta historia de confrontaciones. La causa, iniciada en 2009 por Morales tras una manifestación en la que fue agredido, quedó desacreditada cuando se reveló que el único testigo, René «Cochinillo» Arellano, trabajaba para el propio Morales y fue imputado por falso testimonio.
Este episodio subraya las denuncias de Sala sobre una presunta persecución política que, según sus defensores, Morales habría liderado desde su llegada al poder en 2015. La líder social ha sido el blanco de múltiples procesos judiciales, con sentencias que, para organismos internacionales como la ONU y la CIDH, presentan serias irregularidades.
Por su parte, Morales ha acusado a Sala de utilizar los fondos públicos de su organización para consolidar un «Estado paralelo» en Jujuy, señalándola como un símbolo de corrupción y abuso de poder en el kirchnerismo. Estas acusaciones derivaron en causas judiciales que mantienen a Sala en arresto domiciliario desde 2016.
La tensión entre ambos líderes refleja una lucha más amplia por el control político y social en Jujuy. Morales representa la línea conservadora y centralista, mientras que Sala, desde las bases populares, encarna la resistencia de los sectores marginados y una crítica al modelo político tradicional.
Este enfrentamiento no solo ha tenido repercusiones locales, sino que ha puesto a Jujuy en el centro del debate nacional sobre el uso de la Justicia como herramienta política, las tensiones entre poder central y liderazgo popular, y el alcance de la corrupción en las estructuras del poder.
El caso de Milagro Sala y Gerardo Morales seguirá siendo una herida abierta en la historia política de Jujuy, un recordatorio de las complejas relaciones de poder en Argentina, donde la justicia y la política a menudo se entremezclan de forma controvertida.