«Milei colgado del saco de Trump espera el aterrizaje de la comisión del FMI mientras las reservas se desploman»

«Milei colgado del saco de Trump espera el aterrizaje de la comisión del FMI mientras las reservas se desploman»

Redacción Perico Noticias // La economía argentina se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. Con un gobierno que apuesta todo a una estrategia de alianzas internacionales y al desembolso inmediato del Fondo Monetario Internacional (FMI), las reservas del Banco Central sufren un drenaje acelerado. En apenas dos semanas, la administración de Javier Milei quemó 618 millones de dólares, reduciendo las reservas internacionales de USD 33.000 millones a USD 30.280 millones. Mientras tanto, la llegada de la comisión del FMI, esperada con la ansiedad de quien espera un salvavidas, se perfila como el único respiro en una tormenta financiera que no parece ceder.

El crédito Repo: un parche que no detuvo la sangría

Hace solo dos semanas, el gobierno había celebrado la obtención de un crédito Repo como un triunfo financiero que permitiría contener la escalada del dólar y dar estabilidad al mercado cambiario. Sin embargo, lejos de ser un alivio duradero, el préstamo de corto plazo se desvaneció en la volatilidad del mercado. La quema de 618 millones en reservas refleja no solo la magnitud de la presión cambiaria, sino también la fragilidad de las herramientas con las que cuenta el gobierno para enfrentarla.

La lógica detrás de estas operaciones no es nueva: controlar el dólar como ancla nominal para evitar un mayor impacto inflacionario. Sin embargo, los resultados han sido mínimos, con un dólar que sigue en niveles altos y una inflación que amenaza con desbordar nuevamente. La situación es crítica, y la dependencia de los próximos movimientos del FMI es absoluta.

Trump como salvavidas simbólico

En este escenario, Javier Milei no ha ocultado su cercanía con el expresidente estadounidense Donald Trump, una figura clave en su discurso político y su estrategia internacional. Las declaraciones de apoyo de Trump y la búsqueda de legitimidad internacional son parte de una narrativa que intenta sostener la confianza en medio de la crisis.

Sin embargo, la política no reemplaza la economía. Aunque Trump pueda ofrecer respaldo en términos de imagen, el verdadero salvavidas está en la comisión del FMI. La llegada de los enviados del Fondo es vista como la oportunidad para renegociar los términos del acuerdo y obtener el tan ansiado desembolso de divisas frescas que permita frenar la caída libre de las reservas.

¿Qué hay detrás de la urgencia?

La urgencia del gobierno por lograr un acuerdo con el FMI va más allá del simple financiamiento. La falta de reservas limita la capacidad de importar insumos críticos para la producción, pone en jaque al sector energético en un contexto de verano con alta demanda, y aumenta la presión sobre la economía doméstica. Sin dólares, no hay manera de sostener una economía que ya está golpeada por la inflación, la recesión y una pérdida de confianza generalizada.

Por otro lado, el gobierno enfrenta un calendario político adverso. Con elecciones legislativas a la vista y una oposición que busca capitalizar cada error, Milei no puede permitirse que la economía se desmorone por completo. El apoyo internacional, ya sea del FMI o de figuras como Trump, se convierte en un componente esencial para mantener la estabilidad mínima que permita llegar con vida al próximo tramo electoral.

¿Un modelo agotado?

La situación actual plantea preguntas fundamentales sobre la sostenibilidad del modelo económico que Milei intenta implementar. Las reservas se agotan a un ritmo alarmante, y las soluciones de corto plazo, como el crédito Repo, no alcanzan para tapar los agujeros. A esto se suma una política monetaria que sigue siendo incierta y un esquema fiscal que enfrenta resistencias tanto internas como externas.

Los críticos señalan que la dependencia de financiamiento externo y la falta de un plan de estabilización estructural condenan al gobierno a repetir los errores del pasado. Sin embargo, los defensores del oficialismo argumentan que el problema es herencia de administraciones anteriores y que el ajuste fiscal es el único camino viable para recuperar la confianza.

El FMI como árbitro final

Con la comisión del FMI en camino, el gobierno juega su última carta para evitar un colapso. Las negociaciones no solo definirán si Argentina recibe el tan esperado desembolso, sino también las condiciones que deberá cumplir para obtenerlo. Estas condiciones podrían incluir medidas de ajuste aún más profundas, que, aunque necesarias para recuperar la estabilidad macroeconómica, representan un desafío político significativo para un gobierno que ya enfrenta tensiones sociales crecientes.

La situación es compleja, y el margen de error, mínimo. Mientras tanto, Milei sigue colgado del saco de Trump, esperando que el respaldo político se traduzca en el alivio financiero que necesita para evitar que su proyecto político-económico se tambalee antes de consolidarse.

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