“Milei: el problema y su colapso evidente”

“Milei: el problema y su colapso evidente”

El gráfico que acompaña esta nota lo dice todo: los argentinos, al ser consultados por cuál es el principal problema del país, pusieron en primer lugar “Economía en general” con un 18 %. Le siguen “Corrupción” y “Bajos salarios” con 12 % cada uno. Si sumamos los que mencionan “Milei” (10 %), “Peronismo” (7 %) y otros actores, se configura una imagen política brutal: la figura de Milei ya está considerada por una parte significativa de la población como un problema en sí mismo, mientras que los males estructurales —economía, corrupción, salarios— lo colocan a él como su gestor o responsable directo.

Ese balance no es casual. No es una crítica pura, sino una advertencia lapidaria: Milei es el fracaso que se come sus promesas.

Interpretación política del gráfico

  1. La economía como juicio popular
    La economía no es solo el síntoma: es el veredicto. Que sea el problema número uno confirma que la estabilidad y el bolsillo están fallando. Milei prometió “orden monetario”, inflación cero, radicales reformas estructurales. Hoy, con los precios que siguen desorbitados, el salario real derrumbado y el desafío diario de llegar a fin de mes, la gente asocia directamente a su gobierno con la crisis económica.
  2. Corrupción: un costo insostenible
    Que la corrupción aparezca al mismo nivel que “economía” revela que el desgaste político no solo es económico. El escándalo de Libra, los cuestionamientos al hermano o la red de contratos vinculados a cargos públicos erosionan el discurso de pureza que Milei vendió como su sello. En muchas encuestas recientes, la corrupción fue elegida como la preocupación dominante, por delante de inflación. (Grupo La Provincia)
  3. Milei como núcleo del problema
    El dato más claro del gráfico: Milei aparece como parte del diagnóstico del país. Ya no se le ve como un candidato polarizador o disruptivo, sino como pieza clave del mal que Argentina sufre. Si “Milei” es parte del problema, no basta con cambiar el gobierno: es necesario revertir el régimen que él representa.
  4. Peronismo señalado, pero recuperando lugar
    Aunque “Peronismo” aparece con 7 %, ese señalamiento se dispersa cuando se separa de Milei. Hay un rechazo fuerte hacia la figura libertaria, no tanto a la doctrina que representa el peronismo como alternativa. En el mismo momento en que Milei acumula fracasos, el peronismo recupera espacio como refugio contra el desastre.
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Evidencias que refuerzan esta lapidaria lectura

  • La imagen de Milei se desplomó 10 puntos en apenas 4 meses, y hoy su desaprobación bordea el 51,4 %.
  • Según Zuban Córdoba, un 58,4 % de los consultados desaprueba su gestión.
  • Los escándalos de corrupción lo rodean: su administración ha sido percibida como “nada capaz” frente a la corrupción por casi la mitad de la población.
  • La economía “no mejora”: la inflación sigue golpeando, la pérdida del poder adquisitivo es constante, y el endeudamiento crece.

Estos hechos no son anecdóticos: configuran la lógica del rechazo. Milei no puede deslindarse de su responsabilidad en las crisis que ahora afectan a tod

No es momento de medias tintas

Este gráfico no es un reflejo neutro. Es una sentencia colectiva. Cuando la economía, la corrupción y los salarios agravan la vida cotidiana, y cuando el presidente que prometió cambios radicales es percibido como parte del problema, queda claro: Milei es un modelo en quiebra, no un experimento audaz.

La interpretación es demoledora: los argentinos no solo están hartos de “la política tradicional”, sino también del “nuevo orden” que Milei vendió como alternativa. Y si lo ubicaron dentro del diagnóstico, no será sencillo sacarlo del relato.

Queda por delante una elección que decidirá si ese fracaso se consolida o si el país elige otras manos para curar sus heridas. Pero el electorado ya dio su veredicto simbólico: Milei es parte del problema que prometió resolver. Y eso tiene consecuencias políticas y morales que rebasan cualquier discurso.

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