Milei perderá las elecciones: un país endeudado no vota por su verdugo

Milei perderá las elecciones: un país endeudado no vota por su verdugo

La suerte está echada. Javier Milei perderá las elecciones porque la mayoría de los argentinos están endeudados. No es un análisis de encuestas, es una realidad palpable en cada hogar, en cada comercio, en cada barrio donde la tarjeta de crédito es un salvavidas que ya no flota y las cuotas se han vuelto cadenas. Nadie con deudas hasta el cuello respaldará al presidente que prometió libertad y terminó hipotecando hasta el futuro de nuestros nietos.

El exministro Martín Guzmán lo expresó sin rodeos: “El modelo se agotó, no hay prosperidad, este préstamo no resuelve la economía real y lo que se está construyendo es más vulnerabilidad”. La bicicleta financiera fue el único motor de la “nueva Argentina” de Milei: una trampa que enriqueció a pocos mientras devoraba las reservas, consumía la cosecha y nos entregaba al Fondo Monetario Internacional primero, y ahora al Tesoro de los Estados Unidos.

El último manotazo —un préstamo político desde Washington, tan opaco como extorsivo— desnuda la esencia del fracaso libertario. No es un rescate para el pueblo: es un blindaje para que Milei llegue a las elecciones sin que el dólar se dispare, un salvavidas para Wall Street, no para las familias argentinas. La ayuda, lo dicen ellos mismos en sus tweets oficiales, es para sostener al gobierno de Milei, no para invertir en escuelas, hospitales o empleo. La “casta” a la que juraba combatir terminó siendo la Casa Blanca.

Los fundamentos son lapidarios:

  • 87 mil millones de dólares entraron este año entre blanqueos, cosecha, FMI y préstamos externos. La economía real sigue igual o peor.
  • El pueblo enfrenta inflación, salarios pulverizados y créditos impagables.
  • La supuesta estabilidad es un espejismo: depende de la voluntad de Trump, de la Reserva Federal y del mismo FMI que ya nos hundió antes.
  “No hay país con Milei: cuando el ministro de Economía es el Tesoro de Estados Unidos”

Los votantes de Milei, muchos endeudados, ya entendieron la trampa. La “motosierra” nunca tocó a la casta financiera; cortó sueldos, derechos y futuro. Creyeron en un libertario que prometía independencia, y hoy se ven rehenes de Washington. La decepción ya es indignación.

El 26 de octubre no será solo una elección legislativa. Será el juicio popular a un modelo que fracasó en tiempo récord. Milei apostó todo a los bonos, al dólar y a Trump. El pueblo argentino, cansado de pagar la fiesta de otros, apostará a algo más simple: recuperar la dignidad.

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