Milei vetó a los jubilados: ahora el Congreso decide si se arrodilla o resiste
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Milei vetó a los jubilados: ahora el Congreso decide si se arrodilla o resiste

Javier Milei acaba de trazar una línea indeleble en la historia política argentina: vetó la ley que otorgaba un bono a jubilados, una moratoria previsional y la emergencia en discapacidad, blindando su alianza con el FMI y dejando a millones en la intemperie. No se trató de un ajuste técnico ni de una decisión difícil. Fue un acto político de brutalidad ideológica. Y ahora, la pelota está en la cancha del Congreso.

¿Quién manda en la Argentina?

Con una firma, el Presidente cumplió su palabra empeñada a los sectores más ricos del país: no habrá un peso más para los de abajo, aunque haya plata para todos los de arriba. Lo reconoció él mismo en el decreto: había fondos asignados para los jubilados (readecuaciones desde la SIDE y servicios de deuda), pero prefirió redireccionarlos al Fondo Monetario Internacional. ¿Por qué? Porque el FMI exige lealtad, y Milei está dispuesto a pagarla con hambre.

En paralelo, el FMI reconoció en su informe técnico que el gobierno argentino:

  • Interviene en el mercado del dólar, aunque lo niegue.
  • Esconde el verdadero déficit fiscal, disfrazando los intereses como capital.
  • Tiene una deuda insostenible y sin chances reales de repago.
  • Y sin embargo, le presta más dinero para garantizar su permanencia en el poder.

El Congreso tiene la última palabra

Ahora el Congreso tiene una oportunidad histórica: reunir los dos tercios de ambas cámaras y rechazar el veto presidencial. Es un momento definitorio. Los legisladores deben elegir si son representantes del pueblo o cómplices de un ajuste inhumano. Si sostienen las leyes vetadas, estarán diciendo que la dignidad de los jubilados, de las personas con discapacidad, de los trabajadores invisibles, vale más que el culto al déficit fiscal dictado por Washington.

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Si no lo hacen, quedará claro que la democracia ha sido reducida a una escribanía para legalizar el saqueo.

Caputo: el «Messi de las finanzas» que fuga en silencio

Todo esto tiene nombre y apellido: Luis “Toto” Caputo, el ministro que ya endeudó al país en 2018 y ahora volvió por más. Su declaración jurada es un escándalo: el 99,96% de su dinero está en el exterior, sus inversiones se multiplicaron desde que asumió y es accionista de empresas que operan con títulos públicos bajo su propio mando. Mientras congela aumentos para los más pobres, su fortuna crece a la sombra del Estado que él mismo está desmantelando.

Caputo, que le pidió al FMI dinero para sostener el plan Milei, maneja la economía argentina desde afuera, con la frialdad de un trader y la impunidad de un aristócrata colonial.

El FMI financia la campaña de Milei

Lo más brutal es que ya nadie se molesta en ocultarlo: el FMI no está prestando dinero para obras, inversión o desarrollo. Está financiando la campaña de Milei, como lo hizo con Macri en 2019. Lo dice el mismo informe técnico: le dan dólares pese a que el riesgo de impago es altísimo, porque apuestan a su permanencia en el poder.

Entonces, ¿por qué los argentinos debemos pagar la campaña de un partido de ultraderecha con recortes a las jubilaciones, a la salud, a la discapacidad?

La hora de la verdad: ¿resistirá el Congreso?

Este no es un veto más. Es un test político y ético. Si el Congreso no se planta ahora, la institucionalidad argentina habrá quedado vacía de contenido, convertida en un decorado democrático al servicio de un experimento tecnocrático y elitista. ¿Podrán los senadores y diputados insistir y torcerle el brazo a Milei?

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¿Tendrán el coraje de desobedecer al FMI y volver a poner a la gente en el centro del sistema?

El reloj ya está corriendo.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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