El intendente Luciano Moreira no se detiene. En una gestión que ya se ha ganado la confianza y el respeto de los vecinos, el avance del servicio público en Monterrico continúa sin tregua. Esta vez, la noticia es impactante: con la colocación de luminarias LED en los barrios Néstor Kirchner y Milagro 2, el 100% de los barrios del casco céntrico de la ciudad ya cuentan con iluminación LED. Un logro histórico, que marca un antes y un después en la vida urbana de la ciudad tabacalera.

Las imágenes no dejan lugar a dudas: operarios trabajando en plena jornada, bajo el cielo jujeño, colocando columnas, ajustando cableado y montando lámparas que transforman la noche en seguridad, dignidad y visibilidad. Donde antes reinaba la oscuridad, hoy resplandece una ciudad en marcha.
Desde que asumió, Moreira dejó atrás el modelo de la política de promesas inconclusas y prebendas electorales. Su administración cambió la ecuación: se promete poco, pero se cumple todo. Y el servicio público ya no es una concesión política, sino un derecho garantizado. Así lo perciben miles de monterricense que, sin siquiera reclamar, ya ven llegar mejoras estructurales a sus barrios.
“Hoy se vive distinto. Podemos caminar con tranquilidad, los chicos juegan afuera, el alumbrado es impecable y no hay más zonas inseguras”, comentó una vecina del barrio Milagro 2. Es que esta transformación no es solo material, también es emocional. Recuperar el orgullo por el barrio es un acto colectivo de dignidad.
El objetivo de convertir a Monterrico en una ciudad segura, ordenada y moderna avanza con pasos firmes. El alumbrado público LED no solo mejora la visibilidad y reduce los delitos, sino que también representa un ahorro energético significativo y un compromiso con la sustentabilidad. La gestión municipal ha demostrado que cuando se combina visión política con decisión ejecutiva, los cambios son inmediatos.
En tiempos donde la política nacional parece ajena a las urgencias cotidianas, Monterrico demuestra que la acción local puede cambiarlo todo. Sin demoras, sin excusas, sin parálisis. Solo gestión, presencia y respuesta.
Hoy, Monterrico no espera. Monterrico se ilumina. Y con cada luminaria, se enciende también la esperanza.