Monterrico: Casasola se abrazó al pasado y el kirchnerista Carabajal quedó al mando del Concejo

Lo que ocurrió en el Concejo Deliberante de Monterrico no es un simple movimiento de nombres en un organigrama. Es una señal política fuerte que muchos vecinos leyeron con una mezcla de sorpresa, enojo y decepción.

La secuencia fue clara:

• Yesica Casasola fue propuesta para presidir el Concejo.
• La propuesta no prosperó poque ella voto en su contra, insólito -se propuso y se descalificó-
• Inmediatamente después, se votó y consagró presidente al kirchnerista Juan Carabajal.
• Acto seguido, Casasola aceptó ser su vicepresidenta, sellando de hecho un acuerdo político con el mismo espacio al que, en campaña, decía enfrentar.

Para una fuerza que se presentó como la expresión del “cambio”, del “anti-kirchnerismo” y de la “nueva política”, el mensaje hacia la base electoral fue demoledor: en el papel una cosa, en la práctica otra.

¿Qué murió hoy en el Concejo?

No murió solo un eslogan. Lo que quedó tocado es algo más profundo:

• La credibilidad de un sector que se decía “la nueva política” y terminó abrazado al esquema de siempre.
• La expectativa de muchos libertarios y votantes independientes que eligieron a Casasola para que sea un freno al kirchnerismo local, no su socia institucional.

El resultado es simple de leer a nivel de calle:

“Si los que decían venir a cambiar todo terminan entregando la presidencia al kirchnerismo, ¿qué nos queda a los vecinos?”

En ese contexto, la frase que se repite en los grupos, en los comercios y en las redes es brutal:

“La Libertad Avanza nació y murió en un día en Monterrico”.

Y con esa jugada, muchos ya dan por perdido el 2027 para ese espacio a nivel local.

Mientras tanto, en el Ejecutivo… el único acuerdo firme: intendente–vecinos

Frente a la incoherencia del recinto, el Ejecutivo municipal aparece —para muchos vecinos— como el único lugar donde todavía se respira lógica y rumbo.

El intendente Luciano Moreira viene instalando, con hechos, un modelo de gestión diametralmente opuesto a la rosca vacía:

• Presencia 24/7: cercanía territorial, escucha directa, sin intermediarios ni operadores.
• Servicios y obras concretas, no promesas
• Nuevo paradigma de gestión:
  • “El vecino tiene razón y es el centro”, no la interna partidaria.
  • “Lo que se anuncia, se ejecuta”; nada de esperar meses para lo básico.

Mientras algunos usan el Concejo para acomodarse en cargos, el municipio viene usando cada día para resolver problemas concretos: mejorar servicios, ordenar la ciudad, ofrecer alternativas de recreación y construir identidad local.

La vieja política volvió al Concejo, los vecinos miran al Ejecutivo

La foto es clara:

• En el Concejo Deliberante, un acuerdo contra natura entre quienes se proclamaban anti-kirchneristas y el kirchnerismo local, sin una sola propuesta concreta para la gente arriba de la mesa.
• En el municipio, un equipo de gobierno que viene alineando discurso con acción: menos verso, más gestión.

En términos políticos, los que hoy quedaron bajo la lupa no son el intendente ni su gabinete, sino quienes prometieron encarnar “el cambio” y terminaron rifándolo en la primera votación seria.

El mensaje al vecino de Monterrico

Lo que pasó en el Concejo deja varias conclusiones que el oficialismo puede y debe capitalizar con inteligencia:

1. No todos los que gritaban “cambio” estaban dispuestos a sostenerlo cuando tocaba elegir entre cargos y coherencia.
2. El único acuerdo real y sostenible es el del intendente con los vecinos, no el de los concejales entre sí.
3. La esperanza de una nueva política en Monterrico hoy está más cerca del despacho municipal que de la mesa de acuerdos del recinto.

En un contexto económico difícil, con incertidumbre nacional y caída del poder adquisitivo, la sociedad está agotada de ver cómo la política se ocupa de sillones mientras la gente se ocupa de sobrevivir. Quien entienda eso, ganará el 2027. Quien juegue a la rosca tradicional, quedará pegado al pasado que la mayoría quiere dejar atrás.

Monterrico ya dio una señal:

• Valora la gestión visible.
• Castiga la incoherencia.
• Premia a quien mantiene la palabra y no se vende por un cargo.

Hoy el Concejo eligió su camino.
Ahora será el vecino quien, con el tiempo y con memoria, decida quién está a la altura de la nueva etapa que Monterrico reclama.