Cuando la tormenta golpeó con furia la ciudad de Monterrico, nadie quedó librado a su suerte. En cuestión de minutos, el intendente Luciano Moreira activó un operativo de emergencia sin precedentes: cada área de la municipalidad, cada equipo de trabajo, cada recurso disponible se movilizó con un solo objetivo en mente: que ningún vecino quedara solo ante la adversidad.
Las ráfagas de viento y la lluvia torrencial dejaron un escenario complicado: calles anegadas, árboles y postes derribados, viviendas afectadas. Pero lo que podría haber sido un drama prolongado se convirtió en una demostración de acción efectiva y compromiso con la comunidad. El Comité de Emergencias de Monterrico respondió con una velocidad y organización que marcaron un antes y un después en la gestión municipal.

No faltó nadie. Cada secretaría, cada dirección municipal, cada trabajador aportó su esfuerzo. Camiones y cuadrillas recorrieron cada barrio, despejando calles, asegurando viviendas, asistiendo a quienes más lo necesitaban. Luciano Moreira no se limitó a dirigir desde un despacho: estuvo en el terreno, supervisando, coordinando, acompañando a su gente.
El testimonio de los vecinos lo dice todo. “Nunca vimos una reacción tan rápida, en menos de una hora ya estaban acá ayudando”, afirma Juan Vilte, vecino de un sector afectado. “Nos sentimos protegidos, respaldados, sabemos que no estamos solos”, agrega Marta Condorí, con alivio reflejado en el rostro.

Este despliegue no fue improvisado. Es el resultado de una administración que ha demostrado estar preparada para actuar con determinación y eficacia. Moreira ha dejado en claro que Monterrico no solo tiene un gobierno presente, sino un gobierno que actúa con compromiso real.
Hoy, la ciudad amanecerá con signos de recuperación. La tormenta pasó, pero lo que quedó es una certeza que se graba en la memoria de todos: en Monterrico, los vecinos nunca más estarán solos ante una emergencia.