Por primera vez en 13 años, un gobernador volvió a marchar en el corazón de Monterrico. El intendente Luciano Moreira convirtió las fiestas patronales en una manifestación histórica de identidad, orgullo y pertenencia que estremeció a toda la ciudad.
Monterrico dejó de ser noticia por la nostalgia para convertirse en la capital viva de la tradición jujeña. Las fiestas patronales en honor a San Isidro Labrador, organizadas por la actual gestión municipal, marcaron un antes y un después. Más de 5.000 personas colmaron la plaza central en un encuentro donde se abrazaron la fe, la tradición y el orgullo por lo propio.
El regreso del gobernador Carlos Sadir a las celebraciones patronales, tras 13 años de ausencias institucionales, fue un gesto político, simbólico y profundamente emotivo. Pero el intendente Moreira fue más allá: hizo desfilar al gobernador junto a centros gauchos, vecinos y autoridades, consolidando una postal de unidad y revalorización de la memoria colectiva.

Un Estado presente que organiza, respeta y emociona
La organización fue impecable. Hubo baños químicos para todos, zonas de descanso con sillas para los asistentes y una logística ejemplar que demostró que el Estado local puede –y debe– estar a la altura del pueblo.
La cancha de Monterrico San Vicente se transformó en un epicentro de tradición con el regreso de la doma y la jineteada, actividades esperadas por generaciones enteras. Con entrada libre y gratuita, los montes vibraron con la fuerza de los caballos, la valentía de los jinetes y la emoción de ver lo que nunca debió desaparecer.

La fiesta también fue económica: todos ganaron
La fiesta fue total: los comerciantes vendieron todo, los artesanos también. Los gastronómicos trabajaron a pleno, los peloteros, los remiseros, los juegos infantiles… todo fue actividad, circulación, dinamismo. Un municipio que recupera lo simbólico pero que también reactiva lo económico, construye futuro desde la tradición.
Cultura popular al máximo nivel
La noche cerró con espectáculos en vivo y el gran show de Los Changos del Chamamé, ante una multitud que no paró de bailar, aplaudir y emocionarse. Monterrico fue alegría, reencuentro y comunidad.
Más por venir
Este viernes 30 de mayo, la Serenata a San Isidro volverá a colmar de música, tradición y emoción la cancha del Club Monterrico San Vicente. Se espera otra noche inolvidable, con artistas locales, sorpresas y la continuidad de un proyecto que entiende a la cultura como alma de los pueblos.
Luciano Moreira: el intendente que supo leer el alma popular
Reconocido por los centros gauchos, aclamado por la ciudadanía y respaldado por un gobernador que volvió a caminar junto al pueblo, Luciano Moreira ha logrado lo que muchos prometen pero pocos concretan: poner de pie a una comunidad desde sus raíces, con los pies en la tierra y la mirada en el porvenir.
Monterrico no solo festejó: Monterrico volvió a creer.