Moreira sigue iluminando la esperanza de un pueblo que la había perdido

Luciano Moreira no detiene su marcha. Fiel a su convicción de que gobernar es abrazar los sueños de todos, sin distinciones políticas ni prejuicios, el intendente de Monterrico continúa tejiendo una gestión transversal, inclusiva y decidida. Esta vez, la acción concreta se traduce en luz: la iluminación de la cancha del barrio Tupac de La Ovejería, una obra que no solo embellece el espacio público, sino que ofrece contención, oportunidades y esperanza a una comunidad históricamente olvidada.

El polideportivo, hasta ahora inexistente en este sector popular, comienza a materializarse con un objetivo claro: garantizar que niños, adolescentes y adultos tengan un espacio digno donde encontrarse, entrenar, compartir y crecer. En tiempos donde la exclusión y el desencanto avanzan peligrosamente, Moreira responde con obras tangibles, con decisiones políticas que devuelven dignidad y pertenencia.

«Esta obra estará lista en apenas cuatro días», aseguró el jefe comunal con orgullo y compromiso. No se trata solo de cables, postes y luminarias: se trata de devolverle la noche al barrio, pero no la noche del miedo, sino la del juego, la del deporte, la del futuro. Cada foco que se encienda en la cancha será una puerta menos al consumo, a la violencia, a la desesperanza.

En una provincia donde muchas veces el deporte queda relegado a la buena voluntad de los vecinos, el intendente tabacalero se pone al frente con gestión y voluntad política. No hace falta preguntarse si se trata de un barrio «propio» o «ajeno»: para Moreira, todos los ciudadanos de Monterrico merecen las mismas oportunidades. Y esa coherencia entre el decir y el hacer lo sigue posicionando como uno de los intendentes más activos y comprometidos del interior jujeño.

Su apuesta al deporte como herramienta de transformación social es constante y contundente. Esta nueva obra en La Ovejería se suma a una larga lista de intervenciones que incluyen mejoras en plazas, clubes barriales, y espacios públicos recuperados para el disfrute colectivo. Mientras otros especulan, Luciano Moreira obra. Mientras algunos prometen, él concreta.

Con cada acción, Moreira demuestra que su liderazgo no es una foto, sino un proyecto de comunidad que se fortalece día a día. La cancha iluminada de la Tupac no será solo un campo de juego, será una trinchera de inclusión, una cuna de sueños posibles. En tiempos oscuros, hay quienes apagan las luces. Monterrico, en cambio, las enciende.