Opinión: Ahora viene la gran elección

 Opinión: Ahora viene la gran elección

Primero no quería; pero, ahora, Angela Merkel inició su propia campaña electoral en medio de un acto político para apoyar a un compañero de partido. Aquí se juega más que el cupo al Bundestag, dice Marko Langer.

Armin Laschet es un hombre amistoso y de buen humor. El político de 56 años, oriundo de Aquisgrán, ha trabajado durante meses con su principal oponente, el responsable de seguridad del Estado de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger.

Algunas veces puede dar la impresión de que el líder de la oposición en el Estado más poblado de Alemania –con sus 13,1 millones de electores– rehúye entrar en conflicto con la primera ministra, la socialdemócrata Hannelore Kraft. Pero de abril en adelante, todo será diferente. El amable señor Laschet estrenó su cara ofensiva, y para esto le ayudó la presencia de la líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), quien encabezó el acto de campaña en la sede de esa formación en Münster: la canciller Angela Merkel, quien este año ha dado la impresión de hacer proselitismo a favor de todos los demás, menos para ella misma. “Lo mío es gobernar. Ustedes me conocen”, parece ser su lema.

Este 1 de abril en Münster, su discurso tuvo otro tono: «Quiero hacerles llegar los afectuosos saludos que les enviaron los amigos del Sarre», dijo la dirigente, y todos en la sala comprendieron que ese sería el modelo a aplicar también en Renania del Norte-Westfalia. El mensaje es claro: sin la CDU, nada funciona.

Langer Marko Kommentarbild AppMarko Langer, comentarista de DW.

Y es que contra Kraft, quien lleva las riendas de ese Estado federado desde 2010, Laschet va a necesitar la ayuda de todos. Está claro que el impulso con que la socialdemócrata manda en Renania del Norte-Westfalia era más fuerte en el pasado. Su alianza con Los Verdes y Sylvia Löhrmann parece hoy, justo en momentos en que ese partido va en caída, muy desgastada. ¿Pero con quiénes podría armar coaliciones alternativas? ¿Con los liberales del FDP? Difícil de imaginar, aunque no imposible.

No es de esperar que la euforia de los socialdemócratas por su candidato a jefe de Gobierno, Martin Schulz, derive en una mayoría absoluta para el SPD el próximo 14 de mayo. Renania del Norte-Westfalia tiene muchos problemas estructurales que enfrentar, algo que la canciller también mencionó en el acto de campaña de Laschet: infraestructura en mal estado, escasa inversión y un Estado Federal lento.

Las industrias del acero y del carbón fueron alguna vez las áreas más problemáticas y hoy ni siquiera le ofrecen perspectivas laborales con futuro a los jóvenes. Muchas escuelas en la región esperan desde hace mucho tiempo por reparaciones, las estaciones de trenes y –sí, es verdad– las ciudades han perdido su atractivo, por decirlo amablemente. Onerosas universidades privadas sacan de los rankings a las estatales. La CDU puso el dedo en las llagas correctas. ¿Podría todo esto ser un regalo electoral para los ultraderechistas de AfD, precisamente en el estado de los socialdemócratas?

Volviendo a Armin Laschet, un tipo que no puede molestar a nadie, pero que tampoco ha logrado en todos estos años seguir la política de Estado de Jürgen Rüttgers y Norbert Röttgen. Laschet no ha presentado propuestas relevantes para Renania del Norte-Westfalia. Quizás por eso usa como lema de campaña «Escuchar. Decidir. Actuar», unas sentencias que recuerdan al canciller socialdemócrata Gerhard Schröder.

Esto no está del todo mal, pero lo que el líder regional de la CDU está haciendo es inofensivo. «Voy a seguir la historia de mi padre, que era un minero de la zona de Aquisgrán”, dijo Laschet, antes de pedirle a sus simpatizantes: «quiero que estén cerca en 2022 porque seguiremos adelante”, a lo que sus seguidores contestaron vitoreando «¡Armin, Armin!”.

Esto también tiene que ver con que en Renania del Norte-Westfalia tiene lugar una versión a escala de las elecciones federales. Si tras el tropezón en Sarre el tren de Schulz también se ve en problemas en Renania del Norte-Westfalia, la CDU podría respirar mucho más tranquila de cara a los comicios de septiembre.

Lo triste es que en la situación concreta de este Estado, es poco lo que se puede hacer. Según las últimas encuentras, el SPD tiene una ventaja de siete puntos sobre la CDU. Algunos dicen que el señor Laschet se muestra tan cordial porque sabe que podría aliarse a la primera ministra socialdemócrata en una “gran coalición”; algunos opinan que eso es lo que quieren los electores. Y por eso también la canciller entregó los saludos enviados desde Sarre.

¿Una “gran coalición” en Düsseldorf? “¡Dios nos libre!”, dirán los socialdemócratas que sueñan con un cambio de política a nivel federal o esperan, al menos, obtener más del 30 por ciento en las elecciones generales. En cambio, para la “mujer fuerte” de la CDU, una “gran coalición” sería, seguramente, un modelo bienvenido.

Autor: Marko Langer

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