Parece mentira, pero hoy más que nunca Estados Unidos y Argentina son almas gemelas.

 Parece mentira, pero hoy más que nunca Estados Unidos y Argentina son almas gemelas.

Por Federico Tessore

El Miami Herald, en su tapa del día de ayer, conmueve hasta a los más fríos: «El cierre del Gobierno golpea a los bancos de alimentos mientras las conversaciones se estancan». Y luego el diario cuenta con lujo de detalles el drama de estos lugares para pobres que recibieron su última provisión el jueves pasado y que ya se estaban quedando sin alimentos para regalar a los estadounidenses que no les queda otra que vivir de esta ayuda estatal.

Ante este panorama, lo primero que uno piensa es: «qué locura estos republicanos. ¿Por qué no le aprueban el plan de mayor gasto a Obama y listo? Nadie sufre y quedamos todos contentos».

¿Qué está pasando en Estados Unidos?

Explicado de una forma simplificada, el Estado se quedó sin dinero desde hace mucho tiempo. Esto implica que gasta muchísimo más de lo que le ingresa. ¿Cómo hace para pagar sus gastos entonces? Asumiendo cada vez más deuda y emitiendo cada vez más dólares sin respaldo.

¿Cuál es el problema ahora? La oposición en el Congreso, los republicanos, no quieren aprobar el nuevo presupuesto que aumenta los gastos y además no quieren incrementar el llamado «techo de la deuda», que limita la cantidad de deuda que una Administración puede tomar. Obama, demócrata, quiere que los congresistas le aprueben más gasto y más deuda, mientras que los republicanos aparentemente querrían limitar ambas cosas…

Obama dice que los republicanos son unos irresponsables porque por culpa de ellos los pobres no van a tener dinero para comer, como contaba el Miami Herald, y los empleados públicos se están quedando sin trabajo. Más de 800.000 empleados estatales fueron enviados a sus casas sin goce de sueldo.

Ahora, me pregunto, ¿son realmente los republicanos los «culpables» de este desastre? ¿O no serán Obama y su Gobierno los responsables? En realidad, creo que la respuesta no está en ninguna de esas dos alternativas. La respuesta es diferente. Ambos grupos políticos son responsables. Hoy están peleando por poder, pero ambos en el Gobierno tienen la misma conducta. Sólo les interesa gastar para ganar elecciones.

En realidad está claro que los políticos tienen sólo tres objetivos que guían sus acciones. El primero es ganar poder, el segundo es mantener ese poder lo más que puedan y el tercero es usarlo para transferirlo, junto con la riqueza, a sus amigos. Cuando vea este tipo de discusiones de políticos no se olvide de esta idea. No están discutiendo el progreso del país: están discutiendo cuál de los bandos se queda con el poder y cuál grupo de amigos se queda con el botín.

En este contexto, y volviendo a la Argentina, los políticos locales no quieren ser menos. Nuestra presidenta Cristina, en cadena nacional unas semanas atrás, dio a entender que Argentina iba a desconocer las medidas de la Justicia estadounidense y que iba a pagar a los bonistas fuera de Estados Unidos. Parece que sus discursos también se escuchan en Nueva York, porque el juez Thomas Griesa tomó nota del asunto y amenazó al Gobierno argentino de la siguiente forma, como relata La Nación:

El juez federal de Nueva York Thomas Griesa le ordenó ayer al Gobierno, junto con sus representantes legales y financieros privados, que no planifique el cambio de lugar de pago de los bonos de la Argentina, al advertir que, si lo hacen, ordenará la ejecución del fallo que obliga al país a pagarle a los holdouts.

En una dura orden, el magistrado sostuvo que el anuncio de la presidenta Cristina Kirchner de cambiar la jurisdicción de pago de los bonos de Nueva York a Buenos Aires es una violación de su fallo de marzo de 2012, por lo que, si se planea o se concreta, pondría en desacato al Gobierno y a sus socios.
La Justicia del país del Norte no va a dejar que Argentina eluda sus decisiones fácilmente. Nuestro país está más cerca de quebrar nuevamente. Al igual que Estados Unidos. Que quiebren ambos gobiernos sería terrible para los ciudadanos de una y otra nación en el corto plazo. Las ayudas a los pobres se suspenderán, el empleo público caerá, la moneda se devaluará. Todos perderán dinero como nunca antes.

A pesar de ello, ¡qué bien que le haría a ambos países pasar por este proceso! Tal vez, luego de esta teórica crisis nos convenzamos de que no se puede vivir sin producir. No se puede vivir sacándole el dinero a otros. No se puede «vivir de arriba»…

Hoy, el 50% de la Argentina vive del Estado. Muchas de estas personas, no todas por supuesto, hacen poco, muy poco. Es decir, no producen nada, viven del ingreso de otros pocos que sí producen. Estas personas, ante un Estado que quiebra, sufrirán. Pero también se darán cuenta de que no pueden vivir así para toda la vida. Se darán cuenta, a la fuerza, que si quieren crecer y ser independientes, deberán encontrar la forma para producir, para generar algo.

En Estados Unidos, la situación no es muy diferente. El Gobierno está cada vez más presente en todo, y la cantidad de las personas que viven, y muy bien, sin producir nada, es cada vez más numerosa. ¿O usted piensa que son gratis las aventuras de conquistas globales que implementa el Gobierno de Estados Unidos en países tan lejanos como Irak, Afganistán o Siria? Nada es gratis, todo lo contrario. Se gastan millones en esto y esos millones quedan en gran medida en empresas «amigas» de Washington.

¿Muy diferente a lo que pasa con los Kirchner y sus amigos «empresarios»? No mucho, sólo algunos ceros de diferencia.

Pero todo este embrollo tiene una solución. El «salvador» de la Argentina en el año 2002, Eduardo Duhalde, dijo que el problema está en la Constitución, que la deberíamos «retocar». En una entrevista a La Nación dijo:

El ex presidente Eduardo Duhalde consideró que la Constitución Nacional debería ser reformada para moderar el hiperpresidencialismo que se generó en la Argentina tras la gestión de Néstor y Cristina Kirchner y aclaró que esa modificación -a la que definió como «retoque»- debería ser consensuada entre los principales candidatos presidenciales, bajo «inspiración» de la Iglesia Católica y el papa Francisco.
Duhalde no es tonto. Supo usar la palabra mágica del momento: «papa Francisco». ¿Quién puede estar en contra de un proceso que esté consensuado por el fantástico Papa argentino? Por algo es un político de toda la vida, sabe usar las palabras y las emociones de las personas.

Le confieso que estoy de acuerdo con la propuesta de Duhalde. Pero no llamaría al Papa para que nos ayude a decidir la reforma. Ya está muy entretenido con sus problemas globales, creo que lo tendríamos que poder resolver nosotros solos. Es que es muy simple. La Constitución debe ser modificada para agregar sólo tres medidas. Medidas muy simples como las siguientes:

1- Limitar el nivel de deuda que los políticos pueden asumir.
2- Limitar el déficit presupuestario que los políticos pueden experimentar.
3- Limitar los impuestos que pueden cobrar.

Sí, leyó bien. Esto debe estar en la Constitución. Ningún arreglo de políticos de turno debe tener el poder de cambiarlo. Ni una mayoría. Porque en Estados Unidos, estas tres medidas son ley, pero como vemos, los políticos a último momento se alían y las cambian. ¡Si a todos ellos les conviene gastar cada vez más!

Eso mismo va a pasar ahora en Estados Unidos en breve. En cambio, si reformamos la Constitución y le damos más fuerza a estas tres medidas, tal vez le hagamos más complicado a los políticos seguir apropiándose del dinero de las personas productivas.  Algunas semanas atrás escribí con mayor profundidad sobre este punto en la nota llamada «Tres simples medidas que pueden salvar al mundo«.

Sí, ya sé lo que estará pensando: «la situación es un tanto preocupante». De hecho, la semana pasada recibí un e-mail de una persona muy preocupada por su futuro. Una empleada pública que ganaba muy bien, pero que se daba cuenta del precario estado del Gobierno argentino y, por ende, de la precaria seguridad de su empleo. Me preguntaba qué hacer ante este escenario.

Bueno, no queda otra que ir creando formas adicionales de ingresos. No depender en un 100% de un empleo público. Si usted lo tiene, muy bien, adelante, pero no se duerma en los laureles. Debe crear otras formas de ingreso y preferiblemente fuera de la Argentina. Hoy, gracias a Internet y la globalización, esto es más fácil que nunca. Por eso, desde Inversor Global hace muy pocos meses creamos el «Club para generar riqueza«, un club donde lo ayudamos a hacer esta tarea mucho más fácil. Actúe antes de que sea tarde y suscríbase al club haciendo click aquí.

Los políticos no saben frenar con sus ambiciones, sólo van a detenerse cuando los países que gobiernan exploten por el aire…

Le deseo un excelente fin de semana,

Federico Tessore.
Para Inversor Global Argentina

PD: Para hablar de éste y otros temas, puede seguirme en Twitter, @fedetesso.

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