Pascuttini: «La industria tabacalera está jugando con fuego: si no define un precio justo, destruye la economía de Jujuy»

La producción tabacalera en Jujuy atraviesa una crisis sin precedentes. La incertidumbre sobre el precio del tabaco ha llevado a los productores a una situación límite, donde la especulación y las demoras en la fijación de un valor justo están comprometiendo la sostenibilidad de una de las principales economías regionales del país.

A pesar de haber finalizado la cosecha, la industria sigue sin definir el precio del tabaco, generando un daño irreversible para los productores que ya han afrontado costos siderales en insumos, energía y logística. Ante este escenario, el presidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy, Dr. Pedro Pascuttini, lanzó una advertencia contundente: si la industria no asume su responsabilidad y fija un precio acorde a la realidad del mercado, estará condenando a la actividad tabacalera al colapso.

El reclamo del sector: un precio justo, sin especulación ni abusos

Desde la Cámara del Tabaco han insistido en la necesidad de establecer un mecanismo de actualización de precios acorde a la realidad económica del país y a las referencias internacionales del tabaco. Sin embargo, las demandas han sido desoídas, y la industria persiste en tácticas dilatorias que solo profundizan la crisis.

«No es solo una crisis de precios; es una crisis de sustentabilidad. Cada día que pasa sin la definición de un precio justo es un golpe directo a miles de familias, a una economía regional que sostiene el tejido social y a una actividad que representa una tradición productiva de décadas», advirtió Pascuttini.

El pedido de los productores es concreto: un precio mínimo de $4.800 por kilo para la clase B1F, un valor indispensable para cubrir costos y evitar que la rentabilidad de los productores sea devorada por la inflación y el abuso de los compradores.

«Hemos sido pacientes, hemos participado del diálogo, pero la industria ha ignorado nuestras demandas y sigue especulando con el tiempo y la desesperación de los productores. No estamos pidiendo favores ni subsidios. Estamos exigiendo el reconocimiento del trabajo que sostiene la cadena productiva», remarcó el titular de la Cámara.

Si la industria no cede, el daño será irreversible

El reclamo de los tabacaleros no es solo una cuestión de rentabilidad; es la defensa de un sector que sostiene a miles de familias y que es clave para la economía de la provincia. Si la industria persiste en su postura de indiferencia, será responsable de un quiebre estructural en la producción tabacalera, que derivará en la caída de hectáreas cultivadas, despidos masivos y la desintegración de una actividad que ha sido históricamente el motor económico de Jujuy.

«Romper el equilibrio en la cadena tabacalera implica romper el circuito económico de Jujuy. No se trata solo de números, sino de la sustentabilidad de una actividad que es el eje económico de la provincia. La industria debe entender que si no hay rentabilidad para el productor, no hay producción; y sin producción, no hay negocio», sentenció Pascuttini.

El tiempo se agota: medidas urgentes para evitar el colapso

Desde la Cámara del Tabaco, se exige con urgencia:

1. La fijación inmediata de un precio justo y actualizado, acorde a los costos reales de producción y a los precios internacionales del tabaco.
2. El pago sin demoras de la diferencia entre el precio provisorio y el definitivo, con reconocimiento de intereses por el perjuicio económico sufrido por los productores.
3. La intervención del Gobierno de la Provincia, para garantizar un acuerdo equitativo y evitar que el sector comprador siga imponiendo condiciones abusivas.

«La falta de decisión de la industria está empujando a la producción tabacalera al abismo. No podemos permitir que la ambición y la especulación destruyan una economía regional vital para el desarrollo de Jujuy», finalizó Pascuttini.

La advertencia está hecha. Si la industria no define YA un precio justo, será responsable de la peor crisis tabacalera de la historia de la provincia. La presión está sobre la mesa y el futuro de miles de productores depende de una respuesta inmediata.

No aceptaremos más demoras. No aceptaremos más abusos.