El espejismo del Parque Industrial: promesas huecas en tierra seca
Perico, tierra de trabajadores, de ferias, de pequeños comerciantes y de sueños industriales. Una ciudad que hace décadas busca transformarse en polo de desarrollo para el NOA, y que sin embargo sigue atrapada entre el humo de promesas provinciales y la niebla de un país que solo sabe vender materias primas. Hoy, el Parque Industrial de Perico no es otra cosa que una postal del fracaso planificado.
De las múltiples plantas anunciadas, solo una funciona con continuidad real: una firma química de capitales chinos. Pero incluso esta planta —que debería representar una esperanza productiva— tiene un dato alarmante que nadie quiere discutir en público: sus empleos están cooptados por trabajadores chinos traídos por la empresa.
Sí, en una ciudad con altos niveles de desocupación, los pocos puestos industriales disponibles están ocupados por operarios extranjeros. Y mientras tanto, los obreros periqueños miran desde afuera, sin formación, sin oportunidad, sin inclusión. ¿Dónde quedó la promesa de trabajo local?
El libertarismo vino por todo: y también arrasó con el modelo productivo
La lógica económica de La Libertad Avanza, ya instalada en Jujuy con concejales electos, no contempla la palabra “industria” en su diccionario. No cree en el desarrollo, ni en el Estado, ni en la protección. Cree en una competencia brutal, donde sobreviven los más fuertes y se extinguen los pueblos que no puedan autofinanciarse. Perico, como tantas ciudades del interior, está condenada a perder ese juego.
¿Quién va a invertir en Perico con tasas al 120%, sin incentivos fiscales, con un dólar caro, sin infraestructura tecnológica, sin red logística nacional y con una provincia que ya no puede financiar nada porque Nación le retacea los fondos?
¿Cómo competir si somos apenas un casillero ignorado del tablero geopolítico nacional?
¿La quita de aranceles como “fomento” a la inversión? Un chiste de mal gusto
Desde Buenos Aires, los cultores del libre mercado repiten que la apertura traerá capitales extranjeros. Que las provincias competirán entre sí por atraer dólares, y que solo las más “eficientes” sobrevivirán. ¿De verdad alguien cree que en esas condiciones un fondo de inversión internacional elegirá Perico por sobre México, Vietnam o Paraguay?
Y aun si vinieran —como el caso de la planta china— ¿de qué sirve si ni siquiera se integran al entramado local? Si los empleos no quedan aquí, si la producción es extractiva, si la tecnología no se transfiere, ¿qué ganamos como ciudad? Nada. Perdemos soberanía, empleo y dignidad.
La retracción del consumo: la bomba que dinamita todo
Perico es ciudad-mercado. Vive del flujo comercial diario, de la feria mayorista, del intercambio. Y ese flujo se secó. Los puestos cierran, las ventas caen, el efectivo escasea, las tarjetas están reventadas. La gente ya no gasta, sobrevive.
Y en ese contexto, ¿cómo sostener una industria incipiente? ¿Cómo pagar salarios? ¿Cómo bancar un crédito al 140%? El consumo es el motor de toda economía productiva. Sin consumo, no hay industria posible, ni local ni extranjera.
El Estado provincial, un gigante flaco, sin músculo para levantar nada
Jujuy depende del Estado. Los privados son escasos, frágiles, dependientes del gasto público. Pero ahora ese Estado también se achica. Milei le cortó la coparticipación, le cerró el grifo de obras públicas, le pateó los fondos educativos, de salud, de ciencia.
Y sin Estado, sin Nación y sin mercado, ¿quién fondea la industrialización que nunca llegó? Nadie. Solo queda el abismo.
¿Es utopía hablar de pleno empleo y ascenso social?
En este contexto: sí. Sin un plan de desarrollo local, con el modelo libertario consolidándose y la economía en recesión permanente, pensar en pleno empleo es una ilusión cruel. Lo que viene es más exclusión, más informalidad, más dependencia.
Pero esa utopía puede transformarse en proyecto si Perico se planta, si debate, si se organiza.
¿Qué debe hacer Perico para no desaparecer del mapa productivo?
- Constituir un fondo municipal de desarrollo, con recursos mixtos (municipales, provinciales, privados).
- Crear UTEs locales con cooperativas, mutuales y pequeños productores para sostener inversiones colectivas.
- Exigir al Gobierno provincial una Agencia de Industrialización Regional con autonomía técnica y presupuesto propio.
- Redireccionar la matriz productiva hacia servicios basados en conocimiento, turismo rural, alimentos con valor agregado y comercio electrónico propio.
- Blindar las ferias locales frente al e-commerce depredador con leyes protectoras y plataformas propias.
- Organizar a los actores económicos en un Consejo Productivo Local que trace planes y marque prioridades.
- Condicionar toda inversión extranjera a empleo local y transferencia de capacidades.
Conclusión: o se debate ahora, o Perico se vuelve polvo
Lo que está en juego no es solo el parque industrial. Es el modelo de ciudad.
¿Vamos a ser una feria fantasma, un municipio dormitorio, una terminal de desempleados?
¿O vamos a construir una ciudad productiva, moderna, justa y posible?
Para eso se necesita algo que hoy brilla por su ausencia: visión política, inversión estatal y coraje colectivo.