Perico: la corrupción que desnuda el derrumbe de Jujuy Crece

Perico: la corrupción que desnuda el derrumbe de Jujuy Crece

El derrumbe moral de Jujuy Crece ya no es un murmullo, es un estrépito que retumba en cada calle de Perico. El municipio tabacalero, históricamente motor productivo de la provincia, se encuentra atravesando una de las crisis más oscuras de su historia política. Desde el intendente hasta los concejales, todos arrastrados por el lodazal de las sospechas, atados de pies y manos, incapaces de sostener una gestión que hoy está más preocupada por los pasillos judiciales que por las demandas urgentes de su pueblo.

El decreto que desnuda la podredumbre

El propio intendente Pascual Ficoseco, en un gesto tan desesperado como inédito, declaró desierta la licitación del Centro Comercial San José, alegando irregularidades inadmisibles. No solo eso: pidió públicamente la renuncia de sus propios concejales, como un último intento de rescatar un resto de dignidad ante una comunidad que observa atónita el desplome de sus instituciones. Sin embargo, ninguno de los ediles presentó su renuncia y todos guardan un silencio cómplice que agrava la descomposición. El intendente, por su parte, afirmó que también se someterá a la Justicia, pero hasta que esta no actúe con la celeridad necesaria, la ciudad permanece atrapada en un limbo de anomia y parálisis.

Un municipio intervenido sin resultados

La situación se agrava con la constante injerencia del poder central jujeño, que nombró funcionarios a enviados desde la casa de gobierno a Perico, en un intervencionismo disfrazado de asistencia técnica que el pueblo ya condena. No hubo soluciones, ni resultados, ni un solo alivio para la crisis. Solo promesas vacías que se arrastran desde hace décadas, como la Ley de Coparticipación, anunciada en cada campaña del radicalismo y nunca concretada. Jujuy Crece utilizó ese discurso como caballito de batalla electoral, pero en los hechos se tradujo en un saqueo de los recursos municipales, hoy más necesarios que nunca.

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Una ciudad despojada de reserva moral

La corrupción, denunciada por el propio intendente, dejó a Perico sin reserva moral. La reciente restitución judicial de la concejal Mónica Sánchez, arbitrariamente destituida, es una señal de que la justicia puede —y debe— actuar con firmeza. Pero si esa misma celeridad no se aplica ahora sobre los hechos de corrupción, la ciudad caerá en una espiral de desconfianza que solo puede desembocar en el colapso institucional.

Un pueblo con el futuro secuestrado

Perico, motor productivo de Jujuy, está paralizado. Sus instituciones —el Ejecutivo y el Legislativo municipal— quedaron bajo sospecha y con pedidos de intervención. En este contexto, ¿cómo pensar en propuestas innovadoras, en dinamizar la producción, en generar respuestas inmediatas para las familias, si la dirigencia política está atrapada en causas penales y peleas intestinas?

El deterioro moral de Jujuy Crece ya no admite disimulos. Si la Justicia no actúa con urgencia, si no se limpia la podredumbre con determinación, la anomia se convertirá en norma y Perico, en una ciudad sin futuro.

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