“Populismo cambiario”: tras quemar USD 25.000 millones, Milei prepara el ajuste más feroz

“Populismo cambiario”: tras quemar USD 25.000 millones, Milei prepara el ajuste más feroz

El Gobierno llegó a la elección con un dólar “planchado” a fuerza de pólvora cambiaria. La cuenta, según estimaciones que circulan en la City y en equipos técnicos opositores, supera los USD 25.000 millones entre ventas spot, futuros, canjes con organismos públicos, dólar-linked y la inyección extraordinaria de fondos del Tesoro de EE. UU. El resultado es una calma artificial que hipoteca la semana siguiente: cuando se apague la luz del cuarto oscuro, vendrá la factura.

Populismo del dólar: el plan platita de los libertarios

Brasil lo bautizó hace años: populismo cambiario. No se reparte efectivo; se queman reservas para sostener el tipo de cambio y condicionar el humor social. Aquí, en 30 ruedas, se habrían vendido USD 5.500 millones en el spot; el Tesoro y el BCRA intervinieron con miles de millones más vía bonos. A la par, el BCRA montó un festival de futuros (posición vendedora cercana a USD 6.800 millones) y el Tesoro colocó dólar-linked por otra montaña. Todo para contener el precio hoy a costa de obligaciones mañana.

No fue una travesura aislada: organismos públicos, el FGS de la ANSES y Banco Nación operaron títulos hard dollar; exportadoras adelantaron liquidaciones tras una baja transitoria de retenciones. La postal es inequívoca: no hay plata para jubilados, provincias o universidades, pero sí dólares para blindar la coyuntura y facilitar la salida elegante de fondos financieros.

Ciudadanía rehén: nueve de cada diez hogares endeudados

El ancla del dólar compró un espejismo a precio de crisis social. Con ingresos pulverizados y tasas reales positivas, 9 de cada 10 hogares ya cargan deudas (tarjetas, apps, financieras de barrio). El “orden” cambiario se paga con desorden familiar: cuotas impagables, tratamientos suspendidos, changas que no alcanzan. Se estabilizó el gráfico y se desestabilizó la heladera.

Soberanía en prenda: el lunes empieza el ajuste

El Gobierno ya deslizó el menú “pos-elección”: más tarifazos, quita de subsidios, devaluación administrada y poda del gasto social. A eso se suman los pasivos contingentes (futuros, dólar-linked) que indexan el balance del BCRA al salto del tipo de cambio. El mensaje implícito es brutal: quemamos reservas para hoy y te ajustamos mañana.

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La soberanía económica quedó en prenda. Con un stock externo creciente y condicionamientos de prestamistas oficiales y privados, las decisiones ya no se toman en Balcarce 50, sino donde se evalúa la capacidad de repago. El costo político será nacional… y también federal.

Provincias en la mira: el arrastre del dólar

Varios distritos —en especial los que emitieron deuda en dólares— quedarán atados a la rueda de molino. Cada salto del tipo de cambio encarece servicios provinciales, y la licuación de salarios en el sector público profundiza la recesión local. Entre regalías que caen, coparticipación licuada y tarifas dolarizadas, el interior productivo ingresa en su peor trampa en décadas.

Economía real: lo que no se hizo

La energía se gastó en apretar una cotización, no en multiplicar exportaciones ni recomponer salarios. Se privilegió la bicicleta financiera antes que el crédito productivo, se dinamitó la obra pública y se golpeó a PyMEs y comercios con demanda deprimida. Un ancla que no corrige costos ni mejora productividad es un ancla al cuello.

La salida que sí existe

No hay magia, hay política económica:

  1. Programa de desendeudamiento familiar regulado (tarjetas y créditos de consumo) con tope a punitorios, quita parcial y tasa real negativa por 12 meses.
  2. Acuerdo de ingresos por 180 días (precios-salarios-tarifas-dólar) para recomponer poder adquisitivo sin espiralizar.
  3. Crédito productivo dirigido a PyMEs exportadoras y sustitución eficiente de importaciones; segmentar por empleo creado.
  4. Dólar para producir, no para fugar: esquema de incentivo a nuevas divisas (economías regionales, servicios basados en conocimiento, energía) con reglas claras y temporarias.
  5. Reperfilamiento ordenado de pasivos del BCRA (futuros y dólar-linked) bajo un plan macro consistente con metas de inflación y actividad.
  6. Federalismo fiscal real: alivio transitorio a provincias con deuda dura, condicionado a planes de inversión y empleo.
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Lo que está en juego

La moneda no se defiende con pirotecnia; se defiende con confianza, producción y empleo. El atajo de quemar dólares para comprar una foto nos empuja a un ajuste cinematográfico. Y cuando la política cambia tranquilidad por tiempo, el tiempo siempre se cobra en cuotas más caras.

La discusión no es técnica: es moral y soberana. ¿Seguimos financiando un espejismo que nos endeuda por generaciones o cambiamos el régimen hacia una estabilización con crecimiento e inclusión? No hay estabilidad posible en una sociedad endeudada y hambrienta.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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