Presupuesto en llamas: el Senado le apagó la fiesta a Milei y dejó a Santilli y Bullrich con la billetera y el látigo en la mano

Presupuesto en llamas: el Senado le apagó la fiesta a Milei y dejó a Santilli y Bullrich con la billetera y el látigo en la mano

El Gobierno soñaba con cerrar el año con la foto completa: Presupuesto 2026 aprobado, “equilibrio fiscal” blindado y un mensaje de autoridad hacia gobernadores y Congreso. Pero el Senado metió un freno en seco: el dictamen avanzó sin reponer el Capítulo XI que se cayó en Diputados, y la “sanción exprés” que vendían como inevitable empezó a correrse del calendario.

En la práctica, el oficialismo quedó atrapado en su propia contradicción: defender la macro con un Excel, mientras la micro—la vida real—se lleva la peor parte. El famoso Capítulo XI era el “corazón fiscal” para la Casa Rosada, pero a la vez incluía recortes y derogaciones que impactan directo en sectores sensibles: discapacidad, financiamiento universitario, zona fría y la actualización automática de asignaciones.

La “ley de leyes” salió “mutilada” y el poder quedó expuesto

En Diputados, el Presupuesto consiguió aprobación en general (132 afirmativos, 97 negativos y 17 abstenciones), pero el golpe político fue la caída del capítulo clave, que dejó al Gobierno con media sanción sin su paquete de ajuste estructural.

Ese revés no fue un detalle técnico: fue una señal de mercado político. Los aliados “dialoguistas” mostraron que no son empleados tercerizados de la Casa Rosada y que, cuando el costo reputacional sube, los votos se evaporan. Por eso ahora el Ejecutivo admite que no tiene los números para aprobar en el Senado el Presupuesto con los cambios que pretende y evalúa demorar el tratamiento.

Santilli: mucha gestión de billetera, cero gestión de votos

El ministro del Interior, Diego Santilli, quedó como el rostro de una estrategia que no cerró: negociación con provincias, “ingeniería” de apoyos y recursos para alinear voluntades. Pero ni con eso alcanzó: la realidad fue más cruda que el relato. Hasta medios nacionales describen que ni los ATN récord ni los acuerdos con gobernadores alcanzaron para imponer el núcleo fiscal del proyecto.

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En términos empresariales: se quemó caja en “relaciones institucionales” y los votos no aparecieron.

Bullrich: el “látigo” no reemplaza la política

Patricia Bullrich también quedó golpeada. Apostó a una lógica de presión y épica de “orden”, pero el Congreso no funciona por decreto ni por amenaza. La reforma laboral—que el Gobierno quería llevar al recinto antes de fin de año—terminó postergada, justamente por disidencias con aliados y por el clima enrarecido tras el traspié presupuestario.

El Capítulo XI: equilibrio fiscal para la macro, demolición para la micro

Acá está el punto central que Perico debe mirar sin maquillaje: el Ejecutivo plantea que sin ese capítulo el Presupuesto “rompe” el superávit y hasta habla de un texto “deficitario”.
Pero el Capítulo XI, tal como se empujó, también descarta a millones en la micro: ajuste sobre prestaciones y derechos, y retrocesos que en el interior pegan más fuerte porque el margen de la gente es mínimo.

Y ojo con esto: el Senado dictaminó sin incluir ese capítulo por ahora, aunque se menciona la chance de intentar incorporarlo en el recinto, lo que abriría otro problema operativo: si lo cambian, vuelve a Diputados y la sanción podría pasar para el año próximo.

La casta política y la casta empresaria: cero sacrificio, todo para abajo

Mientras discuten el “déficit cero” como si fuera una batalla cultural, la política no se ajusta a sí misma y buena parte del poder económico juega a la planilla: remarcar, cubrirse, trasladar costos y esperar. El ajuste, como siempre, cae sobre la base de la pirámide: trabajadores, comerciantes, estudiantes, familias enteras.

En Perico lo vemos a diario: cuando la micro se rompe, se cae el consumo, se enfría el comercio, se paraliza la obra, se multiplica la changa y crece el malhumor social. La macro puede “cerrar” en un discurso; la micro se mide en heladeras vacías y en negocios que no llegan al 15.

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