El problema de la deuda externa regresó con fuerza

 El problema de la deuda externa regresó con fuerza
LPO || La dinámica fiscal de Macri dispara un círculo vicioso: lo que se ahorra de déficit se gasta en pago de intereses.

Mauricio Macri lo dijo sin vueltas ante una poco interesada -en ese tema- Mirtha Legrand: «No podemos seguir tomando deuda, hay que bajar el déficit». Tiene razón, el problema es que sus funcionarios, al menos hasta ahora, no le hacen caso.

A los pocos días de asumir, el nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se comprometió a reducir el déficit fiscal primario al 4,2% del PBI en 2017. Cuando asumió Prat Gay y se optó por el gradualismo fiscal, el objetivo era reducirlo al 3,2%.

En aquel entonces el ex ministro de Hacienda y Finanzas, había asegurado que el déficit de 2015 había sido del 7% y que él lo reduciría en 2016 al 4,8%. Pero resultó ser que había aplicado una «contabilidad creativa» para calcular ese 7% y cuando el Indec de Todesca, en realidad, era del 3,8%. Por ende, como explicó LPO, cuando celebraron el cumplimiento de la meta fiscal en 2016, en realidad había crecido el déficit.

Dujovne asumió y corrigió la contabilidad creativa. En su primera conferencia de prensa anunció la nueva metodología y sinceró que el déficit fiscal primario del 0,3% del PBI que Prat Gay había prometido para 2019 no era factible. Ahora la nueva meta es del 2,2%.

En el Congreso Económico Argentino que se llevó a cabo en el Hilton esta semana, todos los economistas que disertaron coincidieron en que dos elementos del programa económico de Macri generan preocupación. Primero el gran déficit público. Y segundo el atraso cambiario. Pero ambos son dos caras de una misma moneda: el Gobierno tomó 61.000 millones de dólares en 2016 y planea tomar otros 40.000 millones de dólares en 2017. Esos dólares al ingresar al país, tiran para abajo la cotización del dólar, dificultan las exportaciones y promueven las importaciones.

Esos dólares hay que devolverlos y sin exportaciones que generen un ingreso genuino de dólares, cuando se terminen los dólares del festival de deuda, no va haber un fuerte sector exportador capaz de generarlos.

Orlando Ferreres, por ejemplo, advirtió que si se le suma al actual déficit primario, el déficit por intereses y el déficit de las provincias, en total el déficit público es del 8% del PBI. «Es manejable, pero no es sustentable», advirtió.

Por eso, explicaron los especialistas, la prioridad es ordenar el gasto público. Y no de cualquier forma, sino promoviendo la productividad en la medida que se quitan subsidios y sin que esto genere un efecto redistributivo que asfixie la oferta. En este camino, explicó Fernando Navajas, empezaron «con el pie izquierdo», pero se fue mejorando.

Para lograr la meta de este año, «El objetivo es reducir el gasto en subsidios a las tarifas. Es factible que el deterioro de la imagen de Macri y la falta de un candidato que mida bien en la provincia de Buenos Aires hagan que el Gobierno modere la corrección», dijo a LPO el economista de FyE Consult, Hernán Hirsch.

«Con el gas, por ejemplo, no hubo un cambio de planes. Pero en otras áreas sí se observa una flexibilización marginal de la política fiscal: el anuncio del aumento del agua se postergó y con el transporte de momento dieron marcha atrás», agregó Hirsch.

En efecto, este viernes el ministro de Energía, Juan José Aranguren, convocó a una audiencia pública para proseguir con la quita gradual del subsidio a la tarifa del gas. El objetivo es reducir un 10% los subsidios al gas en abril y ahorrar $4.300 millones, aseguró. Y ya el mes anterior habían subido las tarifas de electricidad.

Sin embargo, no tuvo éxito el ajuste de $3.000 millones que Dujovne quiso implementar por el lado de la corrección de la fórmula de actualización de las jubilaciones. Macri tuvo que dar marcha atrás con esta medida que casi le cuesta la nueva ley de ART y la alianza con Carrió.

«El Gobierno habla de bajar el déficit fiscal y lo viene diciendo desde la asunción de Macri en 2015. Pero tanto los números como las decisiones de política fiscal van en contra del os dichos. Puntualmente, en 2016 el déficit fue mayor que en 2015. Y, de acuerdo con nuestras estimaciones, también va a ser más alto en 2017», explicó a LPO el economista director de la consultora Economía y Regiones, Diego Giacomini.

«Cuando hablo de déficit fiscal me refiero al financiero, al total, no solo al primario que es lo que sigue el Gobierno. Y eso es un grave error porque no se tiene en cuenta la evolución de los intereses de deuda. Y más grave es si en estos dos años estamos hablando de tomar 100.000 millones de dólares. Es mucho. Para ponerlo en perspectiva, por ejemplo recordemos que en 2005 (el secretario de Finanzas Guillermo) Nielsen reestructuró una deuda de 82.00 millones y la llevó a 34.000 millones de dólares», agregó Giacomini.

«Peor aun cuando el mundo cambió y ahora la Reserva Federal planea subir la tasa de interés a al menos 1,5% a fines de 2017, a 2,25% o 2,5% en 2018 y a 2,75% o 3% a fines de 2019. Es un error cuando la tasa libre de riesgo, que es la que te marca el piso de la tasa de interés que podés conseguir en los mercados internacionales, subió 35% desde que Trump ganó las elecciones. Y más si se tiene en cuenta que la única manera de bajar los intereses es bajando el riesgo país y en el mismo lapso, mientras el del conjunto de la región se redujo del 220 a 200 puntos básicos, el de Argentina subió de 420 a 460 puntos. O sea, los números van en alza y el panorama es más delicado», continuó el economista.

«En tanto que las metas de Dujovne son más laxas que las de Prat Gay, de acá a que termine el mandato de Mauricio Macri, el déficit objetivo es en promedio 1,5 puntos porcentuales mayor por año y deja a la meta 1,9 puntos por arriba de la original (de 0,3% al 2,2%). Así, se patea el equilibrio primario de 2019 a 2022 si se cumple la promesa de Dujovne de seguir avanzando al ritmo del 1% anual», advirtió Giacomini.

«Esta estrategia implica tomar más deuda y pagar más intereses, y si la tasa es creciente, se acelera el taquímetro de la deuda. Con lo cual el déficit financiero, o sea, el total baja muy poco. Si se cumple la meta de Dujovne de este año, a los 4,2 puntos de déficit primario hay que sumarle 2,7 puntos de intereses. Serían 6,9% de déficit total. Pero nuestras estimaciones marcan que vamos a terminar un punto por encima: 7,9%».

«No es novedad, el año pasado también habría habido un incumplimiento de más de un punto de no ser por el impuestazo al sector privado que implicó el Blanqueo de capitales. De no ser por este ingreso extraordinario, que no fue a pagarles a los jubilados, sino a cerrar la meta fiscal, el déficit primario habría sido del 5,8%», comentó el economista.

Los intereses de deuda en 2015 pesaban 1,8% del PBI, en 2016 pasaron a representar 2,3%, este año serán 2,7%, estiman los especialistas.

«Esto muestra que de seguir con esta dinámica los intereses pueden llegar al 3,8% por lo que, si todo sale de acuerdo a lo que pronostica el Gobierno, en 2019 el déficit fiscal total va a ser del 6% del PBI. Es una baja de 0,9 puntos. Es una baja muy tibia para un programa de cuatro años de Gobierno», opinó el consultor.

«Esta dinámica también implica que, del 57% de deuda total sobre el PBI a fines de 2017, en dos años se podría subir 12 puntos, lo cual es preocupante y muestra que esta estrategia no es sustentable», concluyó el director de Economía y Regiones.

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