¿Puede Argentina capitalizar el furor que la Selección genera en el mundo?

 ¿Puede Argentina capitalizar el furor que la Selección genera en el mundo?

La máxima cita deportiva tiene a Messi como figura y a la Argentina como protagonista, cosechando apoyos en distintas geografías. ¿Puede traer repercusiones en la economía?.

En el Mundial de Qatar la Selección nacional logró acaso lo que tantos otros combinados argentinos no pudieron: una conexión muy fuerte con la gente. Identificación. A la pasión que el fútbol despierta per se, esta selección le sumó la capacidad de entusiasmar hasta al más reacio a la pelota. Así, los hinchas en las calles de Qatar son noticia, al igual que los festejos en Argentina. Pero nada de eso supera al fenófmeno que se da en Bangladesh. Tal es el entusiasmo por Argentina en el segundo fabricante de prendas de vestir del mundo que algunos señalan a Daca, su capital, como el lugar en donde mayor cantidad de camisetas albicelestes hay en todo el planeta. 

Con una población superior a 160 millones de habitantes y una capital que se encuentra dentro de las más densamente pobladas del mundo, con más de 21 millones de residentes, Bangladesh comienza a estar en la consideración del Gobierno argentino. Las imágenes de miles de bangladesíes asumiendo un triunfo argentino como propio, festejando en multitudinarias caravanas como si se tratase de un territorio de ultramar, no pasan inadvertidas. Dentro de la alianza gobernante se suman las voces de quienes consideran que el país está frente a una oportunidad aún no aprovechada de fortalecer las relaciones políticas y comerciales con la ex colonia británica. 

Así, para capitalizar la penetración cultural argentina en aquel país del sudeste asiático (originada por la humillación deportiva que Maradona propinó a los ingleses en el Mundial de México ´86), la Cancillería argentina impulsa un proyecto para reabrir la Embajada cerrada en 1978. Luego de reunirse con funcionarios del país asiático, el canciller Santiago Cafiero precisó que cuando viaje a la India para participar de la Cumbre preparatoria del G20 2023 hará escala en la ex Bengala Oriental, “para ultimar los detalles de la reapertura de la nueva representación argentina”.

Se trataría de un paso para fortalecer una relación política y económica que actualmente se da en el plano del comercio con el quinto país más poblado de Asia. De acuerdo a información oficial, el año pasado se llegó al récord de exportaciones, al hacerlo por un total de 876 millones de dólares. El 99% de los despachos, informa Cancillería, fueron los productos primarios y agroindustriales, en los que Argentina tiene alta competitividad, tales como: aceite de soja sin refinar, harina y pellets de la extracción de aceite de soja, maíz y trigo. En efecto, lo mismo que el país vende a otras economías asiáticas cuya población no tiene la particularidad de competir para ver quién tiene la bandera de Argentina más grande.

Con todo, la pregunta que surge es si ese fervor existente en este país que antiguamente perteneció al Imperio Indio Británico puede trasuntar en más y diversas exportaciones argentinas hacia ese destino. Concretamente, si este condimento emocional, aún no capitalizado, puede torcer las condiciones materiales económicas a la hora de comercializar. Hasta el momento, con un volumen de 522.505 toneladas, el aceite de soja a granel sin refinar es el principal producto exportado a ese destino, de acuerdo a los despachos del 2021. Esa producción sale de los puertos argentinos sin embotellar, se traslada en tanques en la bodega de los buques, para luego ser envasada en el país de destino. Además de esto, ¿puede ser Bangladesh comprador de otros productos con mayor valor agregado?

Bangladesh Cafiero © NA
El canciller Santiago Cafiero con su par de  Bangladesh, Abul Kalam Abdul Momen.

Frente al interrogante de cuánto se puede capitalizar en términos económicos esta identificación con la Argentina, el presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, Miguel Zonnaras, aclaró a este medio que, más allá de lo “interesante” de la situación, la clave está en la complementariedad. “Lo más importante es si surgen grados de complementación económica entre regiones y países. Ahí es donde verdaderamente la potencialidad del comercio funciona y donde está la posibilidad concreta, más allá de la simpatía de la población”, consideró.

Para quien también preside la alimenticia Georgalos, si bien “la empatía ayuda”, quienes mandan son “los negocios”. Por tanto, el referente del comercio exterior mediterráneo no cree que Argentina pueda tener “mejor performance” exportadora que con los productos que actualmente se despachan a Bangladesh. Son materias primas y productos agroindustriales, es decir, exportaciones en donde Argentina se destaca en competitividad, que a su vez son complementarias con la región asiática. “El resto sí, por supuesto, facilita, pero la competitividad manda y obviamente hay otros orígenes que están teniendo mejores condiciones que las nuestras”, cerró.

Con el Hambre Cero como objetivo los asiáticos aumentan la demanda de alimentos

La complementariedad entre las producciones argentinas con alta productividad y las necesidades de la economía bengalí existen. Según reportes del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), además de las importaciones de algodón bruto y tela tejida, claves para alimentar su industria textil que explica las principales exportaciones de Bangladesh, se destacan también las compras de petróleo refinado y alimentos: aceite de palma, trigo y aceite de soja. Según la OEC, se trata de la economía número 50 en importaciones totales, de acuerdo a los reportes del año 2020. 

El informe destaca a China e India como los principales socios comerciales, con un valor de importaciones de u$s15.000 millones y u$s7,9 mil millones, respectivamente. Mientras que con valores mucho menores aparecen Brasil y los Estados Unidos (apenas superando los 1,5 mil millones de dólares cada uno), sin embargo, las importaciones desde estos países fueron las que más aumentaron. Se trata de los principales competidores de la Argentina a la hora de proveer de alimentos al país con costas en el Golfo de Bengala.

Otras particularidades

Si bien Bangladesh es considerado un país poco desarrollado y de bajo ingreso, en donde el 10% de su población se encuentra en condiciones de pobreza extrema, lleva varias décadas de crecimiento ininterrumpido, al igual que otras tantas economías asiáticas. Así, en los últimos 24 años su economía se expandió en promedio un 6 por ciento anual, perteneciendo al selecto grupo de economías que crecieron en el 2020. De hecho, en el año en que el virus infectó al mundo, Bangladesh con una expansión de su PBI de 3,4%, fue la economía que más creció en Asia, por arriba de China y Vietnam, según el informe de Perspectiva de la Economía Mundial del FMI.

Para este año se espera un crecimiento de 7,2% y para los dos años siguientes las proyecciones van en sintonía con el promedio de la última década, 6 y 6,9%, respectivamente. Atraído por los bajos salarios, diferentes empresas textiles y prácticamente todas las firmas de tiendas de ropa importantes en Europa mudaron sus factorías al país bengalí. Consecuentemente, en los últimos años se da un proceso de migración interna. Así, un tercio de la población (55 millones de personas) vive en zonas urbanas y se espera que en los próximos 20 años esa cifra puede alcanzar los 100 millones. //imdiario.com.ar

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