En un evento marcado por el creciente antagonismo con Occidente, Vladímir Putin inauguró la cumbre ampliada de los BRICS, realizada en Kazán, Rusia, con una propuesta audaz: la creación de una nueva moneda para los países del bloque que reemplace al dólar como principal medio de intercambio en el comercio internacional. Su llamado tiene como objetivo desarrollar un sistema alternativo de pagos internacionales que impida a Estados Unidos utilizar su moneda como una «arma política» para ejercer presión global.
Putin señaló que el dólar ha sido usado como herramienta para imponer sanciones y maniobrar políticas, afirmando que esto es un «grave error». En su discurso, destacó que el 95% del comercio entre Rusia y China ya se realiza en rublos y yuanes, marcando un precedente que, según él, debería ser seguido por otras naciones del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los nuevos países que podrían unirse en la expansión del bloque.
Un Bloque en Expansión pero con Desacuerdos Internos
La propuesta de Putin, sin embargo, no está libre de controversias dentro del propio bloque. Brasil e India, dos de las potencias que integran los BRICS, han mostrado reservas ante una eventual inclinación del grupo hacia posturas demasiado antioccidentales o demasiado alineadas con China. Aunque la expansión del bloque es vista con buenos ojos, tanto Brasil como India buscan mantener un delicado equilibrio entre su relación con China y sus lazos con Occidente. La adopción de una nueva moneda común, vista por algunos como un desafío a la hegemonía del dólar, podría acelerar ese viraje hacia una postura más confrontativa, lo que genera inquietudes entre estos países.
Avances Limitados en la Creación del Nuevo Sistema de Pagos
A pesar de la propuesta de Putin, el comunicado final de la cumbre señaló que hubo pocos avances en el desarrollo concreto de un sistema de pagos diferente al dólar. La creación de una nueva moneda para los BRICS enfrenta retos logísticos y políticos considerables. Las diferencias económicas entre los países del bloque, así como los intereses particulares de cada uno, dificultan la implementación de una moneda común o un sistema financiero alternativo al dólar.
El Contexto Geopolítico y Económico
El llamado de Putin se enmarca en un contexto geopolítico tenso, con sanciones económicas impuestas sobre Rusia debido a la guerra en Ucrania, y una creciente rivalidad entre China y Estados Unidos. Para Moscú, la diversificación de los sistemas de pagos internacionales y la creación de una moneda alternativa al dólar son pasos estratégicos para escapar de las restricciones financieras que Occidente puede imponer a través del control del sistema financiero global.
Aunque algunos miembros de los BRICS comparten el malestar de Rusia con el dominio del dólar en el comercio mundial, la realidad es que el éxito de una nueva moneda para el bloque dependería de la capacidad de los BRICS para coordinar políticas económicas, financieras y comerciales de manera eficaz, algo que hasta el momento ha resultado difícil.
El Futuro de los BRICS
La expansión del bloque y la búsqueda de una mayor autonomía financiera representan una señal clara de que los BRICS quieren jugar un papel más relevante en la economía global. Sin embargo, las divisiones internas y los intereses divergentes entre sus miembros son obstáculos significativos. El intento de Putin de impulsar un sistema financiero alternativo al dólar enfrenta desafíos monumentales, pero también resalta el creciente deseo de los países emergentes de reducir su dependencia de las estructuras económicas dominadas por Occidente.
La cumbre de Kazán, aunque no logró avances inmediatos, representa un paso más en la búsqueda de alternativas para un nuevo orden económico global, en el cual los BRICS buscan tener una voz más fuerte y menos sujeta a las reglas impuestas por Estados Unidos y sus aliados.