En el marco de la exitosa Manka Fiesta y la destacada participación de La Quiaca en la ExpoJujuy 2024, el intendente Dr. Dante Velázquez lanzó un mensaje firme y claro: «Que nadie le baje el precio a La Quiaca». Con la impronta de un liderazgo que entrelaza la herencia ancestral y las oportunidades del futuro, Velázquez no solo celebró los logros recientes, sino que trazó un horizonte de desarrollo económico y social, en el que cultura, tecnología y trabajo se funden en una misma causa.
Desde las primeras horas, Velázquez felicitó al pueblo quiaqueño por su activa participación en la Manka Fiesta, un evento que, más allá de su relevancia cultural, se ha consolidado como una plataforma de unidad regional y reactivación económica. “La Manka Fiesta no es solo un símbolo cultural; es la manifestación viva del ADN quiaqueño, una ventana al mundo que demuestra el poder de la solidaridad y la confianza como bases de un modelo de mercado sostenible», declaró. Para Velázquez, este encuentro milenario del trueque se convierte hoy en un disparador económico, donde las raíces ancestrales y las nuevas tecnologías financieras encuentran un terreno común para el desarrollo.
En este sentido, subrayó la importancia de la complementariedad entre lo ancestral y lo moderno: “Estamos en una era donde la tecnología no debe reemplazar, sino fortalecer nuestro acervo cultural. Los nuevos sistemas financieros, el crédito solidario y el trabajo mancomunado son el futuro, pero ese futuro está cimentado en nuestras costumbres más antiguas”, enfatizó. Así, dejó claro que La Quiaca no solo mira al pasado con orgullo, sino que se proyecta al futuro con determinación.
Velázquez también anunció que, junto a la diputada Alejandra Elías, impulsarán la declaración de la Manka Fiesta como Patrimonio Intangible de la Humanidad, un paso clave para elevar su reconocimiento y abrir nuevas puertas de gestión internacional. «Este es un movimiento estratégico. Necesitamos que el mundo mire hacia Jujuy, hacia La Quiaca, como un faro de cultura, innovación y resiliencia».
La presencia de La Quiaca en la ExpoJujuy 2024 fue otro motivo de orgullo para el intendente. “Nuestro stand no solo promovió la Manka Fiesta, sino que llevó la esencia de todo el cordón andino a cada rincón de la provincia. Somos los custodios de una identidad que ha cimentado la jujeñidad en muchos aspectos, y esa raíz se siente en cada hogar. La cultura andina no solo es historia, es futuro”, expresó con emoción.
Entre los logros recientes, Velázquez destacó dos obras emblemáticas: el escenario internacional, que ahora sitúa a La Quiaca en el mapa de grandes eventos culturales, y el tinglado de la Juventud Católica, que se convierte en un espacio multifuncional para la comunidad. Además, adelantó importantes proyectos en la Feria Mayorista, con una inversión público-privada destinada a potenciar el comercio de frontera, y la construcción de la Casa de la Cultura, que integrará un museo, microcine y patio de comidas, consolidando a La Quiaca como un destino cultural y turístico internacional.
En un tono que resonó tanto con el orgullo justicialista como con la libertad individual que demanda el nuevo tiempo, Velázquez concluyó: “Nuestras banderas partidarias no deben dividirnos. Hoy necesitamos ideas conjuntas, acciones colectivas. La Quiaca tiene un lugar en el futuro, y no permitiremos que nadie le baje el precio. Estamos a la altura de los grandes desafíos que nos plantea esta nueva era. Unidos, lograremos el milagro de la integración regional, desde nuestra raíz andina hasta la modernidad financiera.”
Con firmeza, recordó que aún queda mucho por hacer, pero que La Quiaca está de pie, lista para enfrentar los retos de una crisis histórica con la fuerza de su gente y la esperanza puesta en el futuro. «Un día, el tren volverá a unirnos, y La Quiaca será el corazón de esa integración. Hoy somos el ejemplo de que el esfuerzo colectivo puede transformar una crisis en oportunidad».
La visión de Dante Velázquez no es solo la de un líder municipal, sino la de un constructor de puentes entre el pasado y el futuro, entre lo local y lo global. La Quiaca no es solo una ciudad más en el mapa, es un emblema de la capacidad jujeña para reinventarse y proyectarse al mundo.
