Sandra Aparicio, la empresaria del reciclaje que se lanza a la política con la fuerza de quien se hizo sola
En tiempos donde la política se encuentra en su hora más crítica de desconfianza social, Sandra Aparicio —una empresaria reconocida en Perico por su actividad en la economía circular— decidió dar un paso que pocos se atreven: ser candidata a concejal por la Lista 3 del partido oficialista Jujuy Crece. Su postulación no responde a un armado partidario convencional ni a oportunismos de último minuto. Responde a una vida de lucha, a un camino hecho a pulso, abriéndose paso entre burocracias, indiferencias estatales y un mercado que nunca fue fácil. Por eso, lo suyo no es solo una candidatura: es una declaración de principios.
Sandra se hizo conocida por impulsar una empresa de triple impacto con una profunda vocación ambiental y social. En su planta de reciclaje, no solo transformó residuos en valor: transformó su historia en una épica del esfuerzo, enfrentando la falta de financiamiento, la inexistencia de infraestructura básica, la mirada escéptica de funcionarios que nunca la ayudaron. Y lo más importante: lo hizo sola, sin apellidos prestados ni padrinazgos políticos. En su relato, Perico encuentra un espejo donde verse reflejado: una mujer que luchó, que cayó, que se levantó y que nunca se resignó.
“Me enfermé del susto, literalmente. Pero decidí seguir porque vi que los jóvenes confiaban en mí. Y cuando un joven te mira y te dice ‘te necesitamos’, no podés mirar para otro lado”, afirma Sandra con emoción, recordando los días posteriores a aceptar su postulación. No habla de cargos, habla de causas. Su motivación no es una banca: es la posibilidad de transformar lo que durante años la política no quiso ver, empezando por la falta de ordenanzas que regulen y promuevan la educación ambiental, el reciclaje domiciliario y el incentivo fiscal a quienes contribuyen al cuidado del ambiente.
Sandra plantea una agenda clara: legislación para que los vecinos separen residuos en origen, incentivos económicos para hogares comprometidos con el reciclaje, integración de emprendedores al sistema público como proveedores, capacitaciones desde las escuelas y un programa integral de concientización. “La basura tiene valor. El problema es que nadie nos enseñó a verlo. Y eso tiene que empezar a cambiar desde el Concejo Deliberante”, dice. No es una propuesta vacía: es lo que ella misma vivió en carne propia como empresaria.
Pero hay más: su perfil no se reduce al ambientalismo. Sandra representa el deseo de miles de periqueños que sueñan con emprender, con salir adelante sin tener que pedirle nada a nadie. “Emprender es caer y volver a empezar. Y cuando un emprendedor fracasa, lo castigan. Te ponen en el Veraz, te cierran las puertas. Eso tiene que cambiar. Hay que premiar el esfuerzo, no condenarlo”, sostiene con convicción. Por eso quiere un Concejo que no sea solo un espacio para ponerle nombre a las calles, sino una verdadera usina de herramientas para la producción y el trabajo local.
Su apuesta es también generacional. Sandra es una referente natural para un grupo de jóvenes profesionales que se sienten fuera del sistema político, pero que ven en ella una posibilidad de cambio concreto. “No quiero ser una política. Quiero ser una vecina que trabaja. Y quiero que los chicos que hoy están desilusionados, vean que se puede. Que sí hay adultos que los escuchan, que los entienden, que están dispuestos a dejar el confort para estar al lado de ellos”.
En definitiva, Sandra Aparicio no llega a la política, la interpela. Con su historia, desnuda la ineficiencia de los que nunca trabajaron en el sector privado, ni levantaron una persiana, ni esperaron un crédito que nunca llegó. Representa lo nuevo no por marketing, sino por trayectoria. Una mujer de conquistas, que sabe lo que es dar pelea y que ahora quiere hacerlo en nombre de todos los que también luchan a diario para vivir mejor.
Su candidatura por Jujuy Crece en la ciudad de Perico no es un hecho menor. Es, quizás, la entrada de una nueva forma de hacer política, basada en el compromiso real, la empatía, la gestión y, sobre todo, la verdad. Porque a Sandra no le contaron lo que es trabajar por lo que se quiere: lo vivió. Y ese es, probablemente, el mayor capital que puede ofrecerle hoy a su comunidad.