En un tiempo donde la política parece haber perdido su capacidad de emocionar, Sandra Aparicio irrumpió como un relámpago en el escenario jujeño y especialmente en la ciudad de Perico, convirtiéndose en la líder que logró reactivar el fuego juvenil dentro del centenario partido radical. Su nombre ya no es una promesa: es presente activo, potencia transformadora y símbolo de una generación empresarial que no pide permiso, sino que asume la responsabilidad de reconstruir el vínculo roto entre política y sociedad. La Lista Oficial N°3 de la UCR, de la que Aparicio es rostro visible y alma movilizadora, no es solo una propuesta electoral, ella es la abanderada de una cruzada generacional que interpela al futuro desde el compromiso; la juventud la sigue cual faro esperanzador.
Durante años, la política partidaria en Jujuy pareció presa de estructuras rígidas y liderazgos oxidados. Pero ahora, bajo el impulso de Sandra y su equipo, la Unión Cívica Radical se redescubre a sí misma: joven, vibrante, inclusiva, capaz de combinar el legado histórico con nuevas energías y herramientas del siglo XXI. Lo más notable es la humildad con la que esta renovación se dio: los cuadros históricos del partido abrieron las puertas con generosidad, entendiendo que no hay transformación posible sin el ímpetu de los que vienen a dejarlo todo. Y Sandra, con una capacidad de liderazgo magnética y empática, supo tejer puentes, abrazar causas transversales y canalizar ese entusiasmo juvenil hacia una propuesta política sólida, responsable y moderna.
No es casual que su figura haya sido recibida días atrás por el gobernador de la provincia y por el candidato a diputado provincial Mariano Morone, reconociendola como «nuestra candidata». El reconocimiento fue institucional y también simbólico: el oficialismo ve en Sandra una dirigente con la madurez necesaria para asumir responsabilidades y la frescura para conectar con sectores desencantados. Desde el reciclado hasta el diseño de políticas públicas, Sandra Aparicio representa una síntesis rara y valiosa: empresaria con fuerte anclaje social, referente ecológica con una historia de 20 años de trabajo y resiliencia, y ahora, protagonista de una construcción colectiva que despierta entusiasmo en todas las generaciones.

Su predio de reciclaje en el parque industrial no es solo una empresa: es un laboratorio vivo de economía circular, inclusión social y trabajo cooperativo. Allí se plasma su visión de política con impacto real. Cada jornada de reciclado, cada bolsa clasificada, cada capacitación comunitaria, es parte de una ética ecológica que se traduce en acción concreta. Por eso, su paso a la arena política no es un salto al vacío, sino una evolución natural. La política no la encontró, ella le dio un nuevo sentido a la política desde abajo, desde la comunidad. Y ahora, su figura se proyecta como faro inspirador no solo para los jóvenes, sino también para quienes quieren una ciudad donde el desarrollo sea sostenible, humano e inclusivo.
Las primeras caminatas de la Lista N°3 en los barrios de Perico ya generaron una ola de entusiasmo inusitada. Militantes históricos de la UCR se reencontraron con sus ideales en la mirada honesta de los chicos y chicas que hoy integran esta cruzada. Pero también muchos independientes, descreídos, y hasta jóvenes sin partido, se acercan cada día más. Porque lo que representa Sandra Aparicio no es sólo una boleta electoral, es una épica en marcha, una causa que invita a creer, a participar y a soñar con un Perico más justo, más limpio, más productivo, más humano.

Con una estrategia que combina redes sociales, territorialidad y escucha activa, los jóvenes de la Lista N°3 no repiten slogans vacíos ni copian formatos gastados. Presentan propuestas con el lenguaje del presente, pero con el respeto que atraviesa todas las generaciones. Ideas sobre innovación, ambiente, empleo joven, cultura, igualdad, transparencia y planificación urbana. Todo eso envuelto en una actitud de trabajo, sin gritos ni egos. Sandra inspira altura y compromiso. Por eso contagia. Por eso arrastra. Por eso convence.
En tiempos donde muchos venden humo, Sandra Aparicio camina con los pies en la tierra y los ojos en el porvenir. La juventud, acorazada en su imagen, se lanza a una campaña que no es solo electoral, sino existencial: recuperar la esperanza, demostrar que se puede hacer política con valores, con trabajo y con verdad. Perico tiene ante sí la oportunidad de elegir futuro. Y el futuro ya empezó, con una mujer al frente, y una juventud dispuesta a cambiarlo todo.