Redacción Perico Noticias // En un hecho sin precedentes en la historia argentina reciente, la provincia de Jujuy aprobó el cobro de aranceles en el sistema público de salud, eliminando la gratuidad y pisoteando un derecho constitucional nacional y provincial. A partir de la creación del SEPROSA (Seguro Provincial de Salud), quienes no tengan obra social deberán pagar para recibir atención médica, con la excepción de aquellos que cobren menos de 600 mil pesos mensuales, quienes deberán declarar su situación de vulnerabilidad para acceder a la eximición del pago.
La medida, impulsada por el oficialismo jujeño en la 18ª sesión ordinaria de la legislatura y aprobada con los votos de la mayoría del PJ, representa un verdadero quiebre del pacto social histórico: el derecho a la salud como un bien universal. Solo el bloque de izquierda PTS-FITU rechazó de plano el proyecto, llamando a la movilización y organización popular para impedir su aplicación.
El Fin de la Gratuidad: Un Precedente Peligroso
Jujuy se convierte así en la primera provincia argentina en instaurar una medida tan regresiva y polémica. Ni siquiera el gobierno libertario de Javier Milei, con sus propuestas radicales de ajuste y reducción del gasto estatal, se había atrevido a tanto. La creación del SEPROSA abre un abismo de incertidumbre y deja al descubierto un modelo de Estado abusador, que golpea siempre a los más vulnerables mientras proclama un supuesto “superávit”.
La gran pregunta que resuena en las calles y redes sociales es inevitable: ¿Qué será lo próximo? Si hoy es la salud, mañana será la educación.
Un Estado que Abandona su Rol: Salud Convertida en Recaudación
Bajo el discurso de “ordenar las cuentas” y con la excusa de una supuesta crisis fiscal, el gobierno jujeño ha transformado un derecho básico en una mercancía. El Estado, en lugar de garantizar el acceso a la salud como un servicio esencial, sale a recaudar, transfiriendo la carga al bolsillo de los trabajadores que no poseen obra social.
Las familias que perciben ingresos apenas superiores a 600 mil pesos se verán obligadas a enfrentar costos inesperados en un contexto inflacionario donde cada peso cuenta. Peor aún, se instala un sistema burocrático de declaración de vulnerabilidad, donde la dignidad de los sectores más postergados dependerá de trámites engorrosos y arbitrarios.
Como si no fuera suficiente, la medida abre un riesgo sistémico:
- Si se elimina la gratuidad de la salud pública, ¿qué ocurrirá con otros servicios esenciales como la educación o la asistencia social?
- ¿Cuánto tiempo pasará hasta que aparezca una propuesta de arancelamiento educativo para «financiar» las escuelas?
El SEPROSA y la Indiferencia del PJ
El acompañamiento del PJ jujeño al proyecto oficialista es un acto de traición política e histórica. El peronismo, que alguna vez levantó las banderas de la justicia social y los derechos universales, ahora vota leyes que perpetúan la desigualdad y arrojan a miles de trabajadores y jubilados a una situación crítica.
Mientras tanto, los únicos que alzaron la voz en defensa del derecho a la salud fueron los legisladores del bloque PTS-FITU, quienes denunciaron la medida como lo que es: una ofensiva contra los derechos del pueblo. Con claridad, llamaron a la organización y la movilización, conscientes de que los derechos conquistados nunca son definitivos y deben ser defendidos en las calles.
El Modelo Jujeño: Un Laboratorio Peligroso
La privatización encubierta del sistema de salud jujeño posiciona a la provincia como un laboratorio de medidas neoliberales extremas, donde se pone a prueba hasta dónde puede soportar una sociedad antes de estallar. Pero la pregunta clave es: ¿será Jujuy la chispa que encienda un fuego nacional?
En un país donde las políticas de ajuste ya han precarizado las condiciones de vida de millones, Jujuy ofrece una advertencia brutal: si no se frena a tiempo, lo que hoy es un caso aislado podría convertirse en política nacional.
La Respuesta Popular: La Hora de la Resistencia
La aprobación del SEPROSA no es solo una decisión legislativa: es un acto de provocación a una sociedad que está cansada de que los ajustes siempre caigan sobre los más débiles. La clase trabajadora, los jubilados y los sectores populares tienen ahora una tarea histórica: organizarse, resistir y exigir la derogación inmediata de esta ley injusta y anticonstitucional.
Como bien dicen los comentarios que explotan en las redes sociales:
- “Ahora entendemos por qué el superávit: es a costa de nuestra salud.”
- “Primero la salud, después será la educación. Esto no lo podemos permitir.”
- “Un robo de guante blanco, se burlan de la gente que menos tiene.”
Un Llamado al Futuro: Que la Historia Juzgue
El SEPROSA marcará un hito oscuro en la historia jujeña, pero también puede ser el inicio de un nuevo despertar ciudadano. Los derechos no se mendigan ni se declaran en trámites burocráticos: se conquistan y se defienden.
Jujuy tiene hoy la responsabilidad de dar el ejemplo al país: no se puede naturalizar el abandono estatal ni el cobro de derechos esenciales. El pueblo jujeño, con su fuerza histórica, no permitirá que la salud se convierta en un privilegio y que el Estado continúe abusando del esfuerzo de los trabajadores.
La historia juzgará a los responsables, pero también recordará a quienes levantaron la voz cuando parecía imposible.
“En Jujuy la salud dejó de ser un derecho, pero el pueblo aún tiene el poder de cambiar la historia.”