El NOA en la mira del Imperio: la amenaza concreta del embajador Peter Lamelas
Desde que Peter Lamelas —nuevo embajador de EE.UU. en Argentina— anunció públicamente su intención de “recorrer provincias” y “frenar inversiones chinas”, el Norte Argentino quedó al borde del abismo. Lejos de tratarse de un gesto diplomático, se trata de una avanzada imperial que puede desmantelar las bases económicas del futuro regional. Y si hay una provincia especialmente amenazada por esta embestida, esa es Jujuy.
Mientras el gobierno de Javier Milei ofrece la soberanía nacional al mejor postor, Lamelas actúa como interventor económico y político, definiendo qué países pueden invertir y cuáles no. En este tablero, China representa una de las principales fuentes de financiamiento e infraestructura en el NOA: desde obras de energía solar, pasando por rutas estratégicas, hasta proyectos de litio. Si el embajador norteamericano concreta su ofensiva, la expulsión del capital chino sería una catástrofe inmediata para Jujuy y la Puna.
El parque solar Cauchari, financiado por China, es apenas uno de los ejemplos. ¿Quién financiará su mantenimiento, su ampliación o su reconversión sin esos fondos? ¿Cómo seguirán funcionando las iniciativas de industrialización del litio, si el país que aporta maquinaria, tecnología y créditos es echado por orden de Washington?
Pero lo más grave no es solo la pérdida de capital. Lo realmente alarmante es el rol que la embajada norteamericana se arroga: determinar la política económica interna, disciplinar provincias y forzar a los gobernadores a alinearse con una lógica que desprecia la multipolaridad. La frase de Lamelas lo dice todo: “cada provincia puede negociar con potencias externas, y eso puede traer corrupción”. Es decir: para Estados Unidos, ejercer autonomía es sinónimo de sospecha.
¿Y qué pasa con las empresas estadounidenses? Trump ya eliminó las sanciones por pagar coimas en el exterior. La Casa Blanca habilita a sus corporaciones a corromper gobiernos locales si eso garantiza el control sobre “minerales críticos, puertos y activos estratégicos”. Traducido: Estados Unidos no combate la corrupción, la institucionaliza si le sirve para bloquear a China y saquear recursos.
Si las advertencias de Lamelas se convierten en hechos, el NOA perderá los pocos anclajes productivos reales que tiene. Jujuy, Salta y Catamarca, que aún resisten gracias a su relación con el capital asiático, podrían ser condenadas al abandono. Y no por decisiones locales, sino por imposición de un virrey con acento texano.
La Libertad Avanza y el macrismo libertario —con complicidad de los grandes medios— celebran esta intromisión como si fuera una bendición. Pero los pueblos del norte, los que sufren el frío, el hambre y el desarraigo, no pueden darse el lujo de regalar su futuro al Departamento de Estado.
La historia nos está dando otra vez la oportunidad de elegir: ser un enclave del imperio o una región que construye soberanía desde la dignidad y la integración global. El Norte Grande no puede quedar como espectador. Si expulsan a China, nos dejan sin herramientas, sin futuro, y sin país.