Redacción Perico Noticias // La reciente afirmación de los concejales de Perico, quienes aseguran que no pueden vivir con $950.000 mientras el 85% de la población lo haría con creces, es una bofetada a la dignidad de un pueblo que lucha día a día por sobrevivir. Este escándalo no solo revela el abuso del poder para beneficios personales, sino también la desconexión absoluta de estos funcionarios con la realidad que viven los periqueños. Aquí, 10 puntos que condenan esta postura desde el aspecto democrático, moral y de justicia social:
1. Antidemocrático e inmoral
Los concejales son representantes del pueblo, no una élite privilegiada. Utilizar su posición para aprobar dietas exorbitantes es un acto de abuso de poder que socava los principios de igualdad y servicio público que deberían guiar sus cargos.
2. Injusticia social
En una ciudad donde la mayoría de la población apenas llega a fin de mes, asignarse sueldos millonarios no solo es insensible, sino una muestra descarada de indiferencia hacia las necesidades del pueblo.
3. Desconexión con la realidad
Decir que $950.000 no es suficiente demuestra cuán alejados están estos funcionarios de la realidad que vive la mayoría de los periqueños, quienes sobreviven con salarios mínimos o empleos precarios.
4. Moralidad cuestionable
Aprobarse dietas que alcanzan los 5 millones mientras el pueblo enfrenta una crisis económica es un acto de codicia que atenta contra los valores de decencia y ética pública.
5. Desprecio por la confianza del pueblo
El pueblo confió en estos concejales para gestionar recursos de manera justa y eficiente. Esta traición a la confianza ciudadana es una mancha indeleble en su gestión.
6. Prioridad equivocada
En lugar de destinar recursos a mejorar la salud, educación o infraestructura, estos funcionarios priorizan llenarse los bolsillos, evidenciando su falta de compromiso con el bienestar colectivo.
7. Contradicción con su rol público
Los concejales están al servicio de la comunidad, no de sus propios intereses. Esta actitud contradice el espíritu del cargo que ocupan.
8. Ejemplo negativo
Los funcionarios deberían ser modelos de integridad y austeridad. Su comportamiento fomenta el resentimiento social y la pérdida de fe en las instituciones democráticas.
9. Profunda desigualdad
Mientras los concejales gozan de privilegios, el resto de los periqueños lucha con salarios miserables y un acceso limitado a servicios básicos, lo que amplía la brecha entre la clase política y la ciudadanía.
10. Si no les alcanza, renuncien
Si estos concejales consideran que $950.000 es insuficiente, el camino es claro: que den un paso al costado. El pueblo necesita líderes comprometidos con el servicio público, no funcionarios que ven el cargo como una oportunidad de enriquecimiento personal.
La voluntad del pueblo debe prevalecer
La democracia no puede ser una herramienta para que unos pocos se llenen los bolsillos mientras la mayoría lucha por sobrevivir. Estos concejales deben entender que sus salarios provienen del esfuerzo del pueblo y que la paciencia ciudadana tiene un límite. Si no están dispuestos a actuar con honestidad, decencia y compromiso, que se vayan. Perico merece representantes que trabajen por el pueblo, no a costa de él.
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