«Si se puede» mensaje para barrer los aguantaderos de la política

 «Si se puede» mensaje para barrer los aguantaderos de la política

En esta nueva etapa que inaugura Argentina, el paradigma impuesto exige iniciativa propia en todos los ámbitos, la capacidad de gestión es el gran desafío para la supervivencia de los sectores que pretenden protagonismo. Las instituciones que derivaron hacia el clientelismo, padrinazgos políticos  o se convirtieron en unidades básicas del gobierno, quedaron desacopladas del proyecto productivo nacional.

Jujuy  || 02.03.16 || Tras el mensaje presidencial quedó expuesto el programa de gobierno, el cual requiere la plena participación de las partes; es decir no habrá programas enlatados donde el estado nacional posee un rol protector y los receptores –beneficiarios- son sujetos pasivos.

“El si se puede” no es un solgan voluntarista, es todo un desafío para que las bases de la producción elaboren propuestas superadoras que se integren a la búsqueda de soluciones que la Argentina demanda; es decir; desde ahora le corresponde a las entidades intermedias –gestión y propuestas-, conductas socavadas en la etapa kircheristas que las hizo parasitarias e imporductivas, donde en Jujuy, por ejemplo fueron cooptadas por la politiquería, reduciendo sus roles fundacionales.

Las Instituciones siguen enfrascadas en el pedir-pedir, sosteniendo administrativamente  lo convencional, semejantes a aguantaderos, lejos de innovaciones, reconversiones y/o transparencia. Hoy las entidades quedaron anacrónicas y rezagadas, por lo cual se encaminan hacia un proceso de renovación, de lo contrario perjudicarán a sus representados.

Entidades como la Cámara del Tabaco, están fuertemente cuestionadas, mas allá de su desempeño, el cual no ofrece ningún ribete para destacar, debe interesarse en nuevos horizontes, proponer programas sustentables para la actividad donde el factor ambiental y sanitario definirá el futuro de la misma; garantizando empleo y vigencia rentable en los próximos 15 años.

Las últimas metas mencionadas en este momento están ausentes, la entidad no posee en su dialéctica objetivos alineados a las políticas modernas. Su palabra se elabora en una oficina política que escribe el libreto según los intereses de sus lobbystas, que responden mas al FpV, que a los tabacaleros.

La entidad llegó a un final de ciclo, sus representantes no poseen autenticidad, su legalidad es fruto del clientelismo que a todas luces se practica en la institución. Su resistencia solo esta sujeta a una gestión extraordinaria, lo cual es toda una utopía, como -pedir peras al olmo-.

Tampoco la permanencia de su staf debe ser objeto de transas políticas, como el voto ahora cotizado del diputado nacional Guillermo Snopek para derogar la ley cerrojo, que si bién integra el  bloque del PJ que maneja Manuel Urtubey, su jefe político en Jujuy sigue siendo Guillermo Jenefes.

Es decir, todas las entidades, entre ellas La Cámara del Tabaco, están obligadas a salir al ruedo con propuestas, en un paradigma que no conocen, donde -hay que poner, mas que pedir-; axioma que sin embargo permite a las partes ganar-ganar; pero esa metodología no les resulta familiar, ni amigable ¿Qué harán?.

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