En medio de este escenario interno convulsionado, Donald Trump encara una crisis externa igualmente compleja. Mientras intenta mantener a flote las negociaciones comerciales con China, y busca sostener la alianza atlántica en el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania, su liderazgo se presenta frágil y errático.
Rusia impone condiciones draconianas en Estambul, Ucrania rechaza y Europa se tambalea. La guerra ya no es local: amenaza con desestabilizar todo el orden internacional. Polonia, China y Bruselas se reconfiguran en un tablero donde la paz parece un espejismo geopolítico.
Lejos de una solución, la “guerra que no termina” parece entrar en una nueva fase de endurecimiento. La vía política está cerrada, y el destino de Europa vuelve a jugarse —como tantas veces— en el barro y la sangre del campo de batalla.
¿Cómo puede la Argentina posicionarse estratégicamente ante un orden mundial en colapso? En www.periconoticias.com.ar te lo explicamos con claridad y mirada soberana.
El impacto de la guerra comercial entre EE.UU. y China sacude las economías latinoamericanas. Mientras el precio del petróleo cae, el dólar se fortalece y los mercados se tensan, una posible negociación entre Washington y Beijing por el fentanilo abre un resquicio de esperanza para la región.
La reciente ofensiva verbal de Donald Trump contra Rusia reconfigura el ajedrez global. Con maniobras satelitales sobre China y una Europa que cede ante las presiones comerciales, el mundo se acerca a una nueva guerra de influencias. La historia no se repite, pero a veces, rima peligrosamente.
China crece al 5%, las democracias se estancan y Argentina mide cuánta autocracia puede soportar la gente. Santiago Caputo pregunta, Bullrich ejecuta, y Jujuy pone un militar en Seguridad. ¿Y si el futuro no es democrático, sino eficiente? El modelo chino se impone en silencio. Y nadie lo detiene.
Trump lanzó una ofensiva arancelaria que sacude a Europa, Rusia bombardea Ucrania con drones en el mayor ataque del año y China revela su debilidad económica. Tres potencias, tres crisis, un solo mensaje: el mundo ya no es estable. ¿Quién gana en esta nueva geopolítica de alto voltaje?
El masterplan oculto de Trump redefine el orden mundial: negociaciones directas con Rusia, aranceles agresivos y manipulación estratégica del dólar. Medidas audaces para acabar con el déficit y recuperar la supremacía económica posicionan a EEUU para reestructurar el poder global, dejando a China relegada y a Europa en segundo plano definitivamente.