Jujuy votó, y lo hizo con furia. Gerardo Morales salvó la legislatura, pero perdió el territorio. Intendentes humillados, concejales libertarios empoderados y un pueblo que ya no tolera privilegios. La victoria es pírrica: el oficialismo estira su agonía, mientras La Libertad Avanza toma la provincia por asalto.
Mientras el Gobierno nacional cede protagonismo, Jujuy se encamina hacia un ajuste inevitable. El SuperIVA expone una verdad incómoda: sin reforma fiscal ni coparticipación municipal, la provincia deberá elegir entre sostener su estructura o autodestruirse. Con o sin Milei, la motosierra ya está encendida. ¿Quién se atreverá a usarla?
En Jujuy, el verdadero ganador del 11 de mayo podría ser el ausentismo. Con una participación que no superaría el 55%, la política enfrenta su mayor crisis de legitimidad. Nadie ganará del todo. Y la sociedad, simplemente, ya no cree en nadie.