Las cifras del gráfico no cantan neutralidad: señalan el fracaso de Milei como responsable de los males estructurales del país. La economía, la corrupción y los salarios hunden su figura.
El 26 de octubre no será una elección, será un plebiscito: aceptar la dolarización y la colonización norteamericana con Milei o defender la soberanía con el peronismo.
El swap de 20.000 millones de EE.UU. no es un rescate: es la antesala de la dolarización y una intervención encubierta en Argentina. Los argentinos decidirán en octubre si entregan su soberanía o la defienden.
El futuro de la Argentina no puede depender del Tesoro de EE.UU. ni de la continuidad de Milei. La soberanía está en juego y el pueblo tendrá la última palabra en las urnas.
Un nuevo préstamo desde Estados Unidos no salvaría a Milei: lo desnuda. La decepción golpea a su núcleo duro, mientras la Argentina se hunde en ajuste, deuda y dependencia.
El acuerdo que negocia Javier Milei con el Tesoro de Estados Unidos por 30.000 millones de dólares no sólo comprometería la soberanía financiera argentina: también podría significar un freno total a las inversiones chinas en Jujuy, con impacto directo en proyectos agrícolas e industriales.